Compartimos la intervención del Nodo Solidario en ocasión del conversatorio “Retos de la Solidaridad Internacional en Chiapas” para el aniversario de 30 años de Brigadas Civiles de Observaciòn (BriCO).
Aqui el enlace de la grabación integral del conversatorio.
Los retos de la Solidaridad internacional en Chiapas – 30 años de BriCo
Traduzione in Italiano
Compañeros, compañeras, compañeres,
Estamos felices de poder hoy celebrar los 30 años de las Brigadas Civiles de Observación, un proyecto en que muches de nosotres hemos participado en esos años y que hemos estado acompañando de diferentes formas.
Para empezar, queremos felicitar a todes les compañeres que han estado trabajando duro para que hoy podamos estar aquí festejándolas.
Vamos a hablarles brevemente de nuestro colectivo y lo que para nosotres significa esto de la solidaridad internacional, que para muches de nosotres se ha convertido en el fulcro principal de
nuestra lucha.
El Nodo Solidale nació formalmente en mayo de 2007 y se autodenomina como un colectivo de militantes por la vida con un sueño revolucionario, sembrado en dos orillas del océano, una en
México y la otra en Italia. La idea principal es tejer redes entre las realidades rebeldes de ambas geografías.
Desde el inicio, el colectivo ha tenido esta característica de vivir y actuar políticamente en dos nodos locales: tener raíces en Italia, en los movimientos sociales y en las experiencias de autogestión desde abajo, y por otro lado, a través de un grupo de expatriados establecidos en México, algunos de los cuales llevan casi veinte años aquí.
La idea común y fundacional del colectivo es la voluntad de promover la autonomía y favorecer la autorganización popular a través de la práctica de la autogestión, es decir, construir apoyo mutuo, político y económico entre las organizaciones en lucha.
La contribución del Nodo al archipiélago global de las resistencias es, por lo tanto, la de tejer comunidades, a través de una militancia basada en vínculos de amistad política organizada. En la práctica organizativa del colectivo, tratamos de prolongar la amistad – terreno sólido de la confianza y la afinidad – en el campo político y hacer así que el acto de solidaridad sea un momento cómplice, convivencial pero organizado y, por lo tanto, reproducible. Tejer complicidad global entre las luchas, uniendo en el acto convivencial de la barricada, la cena popular, la manifestación, el campamento, el concierto, la brigada, el taller, un encuentro entre procesos que coinciden en la resistencia, tratando siempre de respetar los tiempos, los modos y los espacios decisionales de
cada une.
Han sido muchas las brigadas que en estos años hemos podido organizar, acompañar o en las que hemos participado. Para nosotres, las brigadas representan una herramienta, un puente para entrar en el mundo de nuestres compañeres, descubrir sus formas, maneras, estrategias y culturas que hacen rica y única su resistencia. Y desde allí, escuchamos, observamos y aprendemos. Diversos han sido los temas puestos en común a lo largo de los años, desde la comunicaciónpopular hasta la construcción de hornos, desde la panadería comunitaria hasta la serigrafía, desde la autodefensa hasta el deporte, desde la autoformación política hasta la salud comunitaria.
En este caminar hemos intentado siempre mantener unas prácticas activamente anticoloniales, en un ejercicio activo de desmantelar el eurocentrismo, así como construir una postura horizontal, no
paternalista, y consciente de quiénes somos y de dónde venimos.
El Frayba siempre ha representado una referencia política y humana para nosotres, así como un acompañante en el caminar, un espacio seguro. Para muches de les que conformamos el colectivo, las Bricos han sido nuestra primera experiencia de acercamientos a las comunidades en resistencia. Para quienes llegan aquí como visitantes de corto y mediano plazo, las Bricos son una posibilidad construida desde abajo y desde la solidaridad para conocer un poco más, vivir en la piel, contribuir con un granito consciente de arena a la rebeldía y la resistencia, local y global. Representan una posibilidad de encontrar y conocer, desde abajo, a las comunidades indígenas, zapatistas y no zapatistas, que fortalecen su autonomía. Experimentar lo que es vivir con el otro, en un contexto diametralmente opuesto a nuestros contextos de origen, poniendo en práctica la solidaridad internacional en la defensa de los derechos humanos.
Con respecto a los retos y desafíos que existen en practicar la solidaridad activa en este momento en Chiapas, en colectivo hemos analizado que estamos en un contexto de reflujo de los
movimientos sociales en México y también en Europa, por lo cual muy poco las nuevas generaciones llegan a Chiapas en comparación a antes, por lo cual muchos espacios organizativos se han ido hacia adentro y hay menos espacios de articulación.
Sin duda, existe mayor dificultad en crear situaciones de intercambio debido al aumento del costo de la vida y al aumento de la violencia en muchos territorios de Chiapas.
El movimiento zapatista, principal referente para las luchas globales en Chiapas, ha estado desde hace años con una política de cierre de sus comunidades. Nosotros mismos hemos concluido nuestro proyecto de los hornos que era una manera para hacer circular la solidaridad. Así como nosotres, muches otres.
Estos cambios y nuevas condiciones han implicado tener que reinventar las formas y adaptarnos a un contexto diferente. Lo que hemos hecho aquí en Chiapas ha sido, por un lado, fortalecer
nuestro involucramiento en el territorio urbano y desde ahí seguir tejiendo redes de solidaridad. Por ejemplo con el GAP de Cuxtitali y promoviendo la hermandad con gimnasios populares en Italia,
generando una circulación de personas interesadas al deporte popular. También nos hemos concentrado en las redes de médicos solidario con el proyecto de la Casa de salud Comunitaria de
Cuxtitali.
Hemos activado y participado en comités de solidaridad con otras luchas y resistencias en otras partes del mundo (Kurdistán y Palestina).
Sobre todo, y es la razón principal por estar aquí el día de hoy, hemos seguido participando en la formación de los y las brigadistas del Frayba.
Porque las Bricos representan una posibilidad de ponerse en la alteridad desde la ternura de la complicidad global, desde la periferia de una capital del norte global hacia el mundo campesino de
Chiapas, ofreciendo la posibilidad de encontrarse y leerse en la misma lucha. Una fogata que une las barricadas de Roma y la resistencia pacífica de Las Abejas de Acteal. Una fogata que reúne
unos punkis de las periferias con el sonido de una marimba en resistencia. Una fogata que une las luchas, en sus diferencias de historia y geografía, pero desde el sabor del buen vivir, reconociéndose en la misma resistencia a un sistema de opresión. Un aliento de esperanza.