Durante estas dos primeras dos semanas de agosto de 2025 se está llevando a cabo en territorio zapatista el Encuentro “Algunas partes del todo”, en donde el EZLN convoca a las organizaciones y colectivos de México y del mundo a compartir su construcción de la resistencia, su alternativa al monstruo capitalista. Un encuentro sobre las practicas necesarias para la destrucción de arriba para abajo de la pirámide capitalista. A seguir nuestra palabra, leída en el Semillero Comandanta Ramona el 9 de agosto de 2025.
La complicidad global: el latido de nuestra resistencia colectiva
Estimadxs compas, amigos y amigas rebeldes que nos escuchan, gracias por este tiempo y por su atención.
Somos el colectivo Nodo Solidale, en español Nodo Solidario. Somos un colectivo internacionalista con base en México y en Italia. Nos formamos en el 2007, tras conocer durante un largo viaje la rebeldía de la APPO en Oaxaca, de la Otra Campaña en Atenco y de las comunidades zapatista aquí en Chiapas. Desde ese entonces, tras adherirnos a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona e incorporarnos a la red de Europa Zapatista, hemos venido buscando la manera de tejer solidaridad entre las luchas autónomas en Italia y las luchas autónomas en México. Pero también de ir polinizando a ambas con el recuento, la amistad rebelde, el fuego de la resistencia de otras resistencias que desde siempre nos han inspirado tal como la de Palestina y Kurdistán, entre otras.
En nuestros 18 años de andar por las sendas del internacionalismo nos hemos hecho muchas preguntas sobre el sentido profundo de la solidaridad, la relación entre organizaciones, sobre los instrumentos más idóneos de ésta y el alcance de nuestra acción, sobre los límites de nuestras posibilidades y la inmensa magnitud de nuestros sueños. Por eso en esta compartición venimos a contarle algunas de nuestras formas de cómo hemos ido tejiendo rebeldías, pero también de las dudas, retos y problemas con que nos hemos topado.
También nos dimos cuenta que sólo “solidarizarse” con luchas más o menos lejanas no es suficiente, incluso puede ser algo muy “exótico”, un internacionalismo virtual que mucha izquierda hace, aplaudiendo rebeliones lejanas al tiempo que en su mero lugar no lucha o incluso se torna izquierda opresora, sobre todo cuando se vuelve izquierda de gobierno. En cambio, nosotrxs sentimos que lo que nos hermana, aunque en geografías muy lejanas, es la barricada, la revuelta, la fogata en el plantón, las artes insurrectas, la construcción de espacios de resistencia y casas comunitarias. Es decir, nos une el ardor en el gritar NO y el sudor en el construir el SÍ. A estos sentimientos políticos compartidos, le decimos complicidad global para subrayar que lo que nos convocan y une es este deseo transformador activo que, más allá de las diferencias culturales, geográficas e incluso ideológicas, nos hace cómplices, parientes en el asalto al cielo contra el enemigo común que es la Hidra Capitalista y su maldita pirámide.
Antes de pasar a analizar y compartir nuestras prácticas de solidaridad/complicidad cabe señalar que somos una pequeña organización de dos colectivos, dos “nodos”, como mencionamos, con compas viviendo y luchando tanto en Italia como en México, más o menos 20 personas activas. No tenemos muchos recursos y – por pobres y por elección políticas – contamos sólo con fondos recaudados en eventos solidarios y autogestivos que se realizan gracias al trabajo colectivo de quienes participan. Por un lado, eso nos hace económica y políticamente independientes de financiadores externos como partidos políticos, iglesias, empresas, fundaciones y ONGs, por otro lado, nuestra capacidad económica es limitada y nuestra acción choca constantemente con la falta de recursos.
BRIGADAS
La forma más recurrente y directa de solidaridad activa y de construcción de puentes entre luchas ha sido la organización de Brigadas Internacionalistas con compañerxs de diferentes partes de Italia y Europa, todxs ellxs cercanxs a nuestros espacios de lucha, que viajan a México para conocer, entender y compartir con las realidades de los movimientos sociales locales. Muchas veces hemos juntado jóvenes y no tan jóvenes en encuentros preliminares de formación sobre la realidad social y política en México, con especial atención a que lxs futuros brigadistas entiendan las diferencias culturales de los procesos de lucha en México, especialmente en las comunidades indígenas. Los encuentros de formación suelen ser dos, uno en Italia, previo a la salida y otro llegando a México.
Las Brigadas incluyen casi siempre de tres a diez compañerxs y se arman alrededor de una tarea/trabajo/taller especifico que, realmente, es la herramienta con la cual entrar en contacto, colaborando en los hechos, con la organización o comunidad anfitriona. En el transcurso de los años hemos realizado brigadas alrededor de talleres de comunicación popular (formación en videos, documentales, fotografía, periodismo comunitario, transmisiones radio y serigrafía); talleres y brigadas de salud (formación de promotores, consultas generales, campañas de colposcopía y salud sexual y reproductiva, medicina táctica y primeros auxilios), muchas de ellas en colaboración con las compañeras de Brigada Callejera de la Ciudad de México; también hemos realizado brigadas para la construcción de hornos de ladrillo y para talleres de panadería, este proyecto, que duró muchos años, se llamaba “El Pan y las Rosas”, haciendo hincapié que un pan es mucho más que harina amasada con agua, sino una herramienta convival para promover el trabajo colectivo.
Respecto a las Brigadas sentimos que su punto fuerte es la convivencia, pues la presencia física en las comunidades desencadena intercambios profundos, mucho más allá del taller que nos convoca. Comer y trabajar juntos, la convivialidad se vuelve la base de la hermandad, como dicen lxs compas kurdxs: nan û xwêdan, pan y sudor. O también “conspirar”, es decir, respirar juntxs, desde luego, hacernos cómplices, compañerxs pues. Por eso a veces decimos que la Brigada y la estancia con la organización/comunidad anfitriona rebasan políticamente, por la experiencia humana que implican, la misma razón de la visita y del taller que se realiza. También esta ha sido de las formas más efectivas de crear conexión y reforzar la confianza/alianza política con las organizaciones hermanas, sobre todo con la mencionada Brigada Callejera y los Panchos independientes en la Ciudad de México y con OIDHO y CODEDI en el estado de Oaxaca. Aunque se han realizado también brigadas en Guerrero, en Nuevo León, en Campeche, en Morelos y muchas más aquí, en territorio zapatista.
El punto débil de las Brigadas es que son efectivas en tiempos muy intensos pero cortos y son inevitablemente ocasionales, porque se pueden armar solo cuando coinciden los tiempos de lxs compañerxs visitantes con los de la comunidad que recibe, los cuales no suelen alinearse fácilmente. También en los talleres de formación, al ser esporádicos, no logran impactar profundamente y los promotores o lxs chicxs que reciben los talleres, al no poderlxs acompañar, suelen no dar continuidad a las tareas y trabajos encargados. De la misma forma las consultas de salud abren casos que requieren acompañamiento posterior que cuesta mucho trabajo hacerlo desde la distancia y, digamos, termina quedando “sobre los hombros” de la organización anfitriona.
MILITANCIA ACTIVA: MOVILIZACIONES Y TRABAJO COMUNITARIO TERRITORIAL
Como compañerxs del Nodo Solidale solemos definirnos “militantes por la vida”. Por un lado, porque enmarcamos nuestra lucha política adentro de la definición zapatista de la guerra del neoliberalismo contra la humanidad, es decir de la guerra del capitalismo contra la vida. Estamos así reiterando que nos plantamos en este lado de la barricada: el que crea, ama, comparte y se organiza contra quien roba, acecha y mata la alegría de vivir. Por otro lado, sabemos que cada quien defiende la vida desde su visión o ideología o compromiso ético: anarquistas, autónomos, feministas, comunistas, ecologistas, jóvenes y mayorcit@s, altas y chaparros, punks o cumbier@s, poco importa porque lo que nos importa son las ganas de cambiar el mundo, de mejorarnos como seres humanos y de hacerlo en este espacio de afinidad que es nuestro colectivo, en donde las diferencias – aun chocando – nos enriquecen. En el Nodo Solidale y más allá de él, promovemos la autonomía de acción con el fin de que cada quien también encuentre su lucha más cercana y en ella desenvuelva lo mejor de sus posibilidades. El colectivo así no es (y no quiere ser) una vanguardia sino un conjunto de “promotores de autonomía” en donde cada integrante busca inspiración y análisis en el colectivo para volver a su labor política y social especifica: de esta manera y en diferentes lugares, a partir del Nodo Solidale – pero desprendiéndose del mismo – lxs integrantes hemos participado y participamos en diferentes proyectos autónomos, enraizados en los territorios en donde vivimos. Nombramos algunos ejemplos: la Casa de Salud Comunitaria Yi’bel Ik’ (2016-2023) y el Gimnasio Autónomo Popular Barrio Bravo (actualmente activo) en Cuxtitali, un barrio periférico de San Cristóbal de Las Casas; en la misma ciudad también nació y trabaja como centro cultural la Librería La Cosecha y es activo el Comité Acción Palestina Chiapas; la cooperativa panadera Vendaval y la Verde Morada en la Ciudad de México; en su momento, Ecos Colectivo Autónomo de teatro en Guadalajara; las editoriales independientes Kairos en Italia y Tekio/Kairos en Chiapas; en años pasados en la Radio Ñomndaa “La Palabra del Agua” y la cooperativa Ljaa Xua, Flor de cacao, en Xochistlahuaca, Guerrero, la cooperativa editorial el Rebozo; al mismo tiempo que los centros sociales y las okupas en Roma (Italia) como el LOA Acrobax o la toma de viviendas del barrio obrero Il Quarticciolo; la Microstamperia en el mismo barrio… Y más y más, como varias investigaciones comprometidas con procesos hermanos, porque cada militante de nuestro colectivo viene de experiencias de lucha propias y vuelve a ellas enrequecidx de lo que se aprende en el caminar internacionalista del colectivo. Especificamente, la experiencia de las organizaciones y comunidades en resistencia en México aportan mucho y fluyen así hacia las luchas locales de otros lados del país o de Italia.
También consideramos fundamental, con esta participación activa en los procesos barriales y territoriales, actuar de manera directa para transformar nuestro entorno. Es justo este esfuerzo, esta activación física y concreta en la lucha local que agrega otro elemento vivencial, empírico y real a eso que seguimos llamando “complicidad global” que, desde luego, es justo lo contrario de aplaudir las luchas desde la lejanía y, a menudo, desde la comodidad de los escritorios y las academias. Esto significa que estamos involucradxs en la agenda política de nuestros movimientos sociales, por ejemplo, en la defensa del agua y de los bienes comunes de nuestras comunidades/barrios; en las movilizaciones feministas y en la creación de espacio de reflexión y acción contra el patriarcado; en la liberación de las presas y presos políticos, desde una perspectiva anticarcelaria; en la defensa de la salud y escuela públicas, con una perspectiva autónoma y comunitaria; en el ejercicio del derecho al territorio y libre determinación a través de la radio comunitaria, etc…
El talón de Aquiles de esta militancia de base es que, a veces, en lugar de sumar a un plan más amplio de lucha como la propuesta internacionalista que llevamos a los Encuentros como este, le resta tiempo y energía porque nos ancla y clava en la emergencia constante por la supervivencia y en los altibajos de la lucha local, todas bajo la presión brutal de la represión del Estado y de sus tentáculos armados como los grupos fascistas, paramilitares o narcos. También cabe mencionar que, en el caso de much@s de nostr@s que somos de origen italiano y vivimos y luchamos en México, nos complica bastante encontrar un lugar en la lucha local que no sobredetermine los modos, tiempos y costumbres de nuestros vecinos y vecinas. La güeridad en la militancia comunitaria nos genera muchas preguntas, inquietudes, dudas sobre las relaciones de poder que eso genera, la colonialidad interiorizada, la positividad o negatividad de nuestra exposición en las movilizaciones… Aun así, asumimos estas contradicciones y decidimos que no nos pueden paralizar sino preferimos, con nuestros defectos y dudas, salir a luchar codo a codo de la banda en la defensa de la vida, del territorio, de las mil y un formas colectivas de estar al mundo.
CONTAR LAS REBELDÍAS PARA SABOTEAR EL PODER
Otra herramienta que hemos privilegiado para la difusión de la lucha es crear y distribuir libros y folletos (y material gráfico) para abonar al pensamiento crítico, usando estos textos como un desarmador contra los complejos engranajes de la maquinaria capitalista. La narración y la reflexión, cuando parten y regresan a las luchas reales, nos permiten organizar las ideas y las experiencias, ponerlas en perspectivas y verlas, por así decir, en cámara lenta… y de ahí volverlas a usar para profundizar el cambio que tanto necesitamos. “Praxis, teoría, praxis” como nos enseñaron justo los y las zapatistas.
Los libros también se vuelven ocasión de tejer redes y recorrer los territorios con el pretexto de presentarlos. Decimos pretexto porque también en este caso el hecho de que la gente se junte, escuche de una lucha “otra”, organice un evento solidario e intercambie ideas para fortalecer sus resistencias es más importante que la presentación del libro mismo. Para nosotrxs la traducción y realización de libros, entre muchos, sobre la educación autónoma, la historia del EZLN, el feminismo comunitario, los versos de la guerrilla kurda o de la resistencia palestina, se han vuelto otro puente para conectarnos con otros colectivos, luchas territoriales, asociaciones de base, organizaciones populares y gente, al fin y al cabo, que como nosotrxs busca comprender la realidad para cambiarla. La venta de libros además nos ha servido como forma de generar pequeños fondos para los gastos del colectivo o para financiar campañas como, por ejemplo, la de “Un quirófano en la Selva”.
Más allá de la publicación de los libros y folletos, en los años también hemos creado material audio-visual así como transmisiones de radio, correspondencias con radios comunitarias y radios libres, breve documentales y podcast para denunciar en Italia la guerra en México y contar sus dignas resistencias y al mismo tiempo para narrar en México las resistencias y rebeldías de la otra Europa, la insumisa. Muchas veces en América Latina, sobre todo entre la gente no politizada, se ve al Occidente capitalista como una tierra de bienestar, poblada de ricos acomodados; nuestra tarea entonces también es deshacer esta narración que hace el capitalismo de sí mismo y mostrar las contradicciones que existen en el mal llamado Primer Mundo y las grietas que en él abrimos quienes luchamos contra este monstruo racista y depredador.
AUTO-ORGANIZACIÓN COMO FIN Y COMO MEDIO
Como ya mencionamos hacemos de la autogestión nuestra forma de financiación y de la auto-organización nuestra practica horizontal de trabajo y toma de decisiones. Estos principios son imprescindibles en nuestra pequeña organización y de hecho nuestro tejer internacionalista ha empezado en la búsqueda de otras organizaciones, movimientos con este mismo espíritu, con esta misma búsqueda de horizontalidad, esta voluntad intrínseca en la acción de no querer reproducir pirámides. No siempre lo logramos, es cierto, pero este es el camino a la horizontalidad entendida no como dogma sino como forma de organización no estatal de la comunidad humana, como ya ha ocurrido en otros momentos históricos y como deseamos vuelva a re-organizarse tras el colapso de la opresiva forma del Estado Nación.
Políticamente esto implica que el trabajo del colectivo se sustente en reuniones periódicas en donde la toma de decisiones es por consenso y las comisiones trabajen los temas específicos (por ejemplo, la organización y realización de un taller, una brigada, un evento); también implica que las compañeras, con momentos de mayor o menor oportunidad, mantengan y promuevan espacios de reunión separados de los varones; también nos mantiene distantes de toda forma de financiamiento que no sea el producto de actividades y eventos autogestivos realizados de manera no remunerada por lxs integrantes del colectivo o pequeños proyectos productivos (como la venta de nuestros libros o artesanías/playeras/etc); en fin también conlleva la necesidad de estar tejiendo redes y manteniendo alianzas, con equilibrio y paciencia, como la que nos une en lxs hermanxs de la Alianza Magonista Zapatista (AMZ) o con los diferentes colectivos de Europa Zapatista; todo eso se dice fácil pero cuesta trabajo, tanto para construir constantemente el consenso como para alcanzar las metas y objetivos que nos proponemos.
En este aspecto creemos que encontramos dos problemas principales: por la característica de tener dos nucleos en países diferentes es difícil mantener esta horizontalidad en todos los temas, hay bastantes problemas para una comunicación profunda; estamos solucionando esta parte tanto con la ayuda de la tecnología (para las reuniones intercontinentales en línea) como con la decisión de asignar mayor autonomía política a los dos nodos, para que tomen más peso la asambleas y los acuerdos locales.
El otro gran desafío es mantener esta relación de horizontalidad con las demás organizaciones hermanas, especialmente cuando son organizaciones populares grandes o, incluso, organizaciones político-militares. ¿Puede un colectivo de pocos militantes hablar de par a par con una estructura política de masa? ¿Es justo? ¿Puede una organización de masa tener una actitud realmente horizontal al relacionarse con los pequeños colectivos? ¿Puede un colectivo de caxlanes, gente de ciudad, tener una relación pareja con los pueblos indígenas? Más allá de las palabras de-construidas y libertarias, ¿Cuántas pirámides tenemos interiorizadas?
Andamos entendiendo el cómo, empezando por nuestros propios límites e inspirándonos en Encuentros como este, entre tantos grupos iguales en sus diferencias, para ver cómo mejoramos como personas y como colectivo, cómo animarnos a construir en nuestros territorios una alternativa real, tal y como hacen a su manera los pueblos zapatistas, a pesar de que el capitalismo nos arrincona costantemente en la lucha por la sobrevivencia. Así, frente a la mentira individualista, el preso político kurdo Abdullah Öcalan y los pueblos zapatistas nos enseñan que “la humanidad comienza donde termina la competencia”. Nuestro cierre no es un final: es puño en alto y corazón extendido.
Muchas gracias.