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Qué hacemos y cómo lo hacemos: nuestra ponencia en el Encuentro zapatista

Durante estas dos primeras dos semanas de agosto de 2025 se está llevando a cabo en territorio zapatista el Encuentro “Algunas partes del todo”, en donde el EZLN convoca a las organizaciones y colectivos de México y del mundo a compartir su construcción de la resistencia, su alternativa al monstruo capitalista. Un encuentro sobre las practicas necesarias para la destrucción de arriba para abajo de la pirámide capitalista. A seguir nuestra palabra, leída en el Semillero Comandanta Ramona el 9 de agosto de 2025.

La complicidad global: el latido de nuestra resistencia colectiva

Estimadxs compas, amigos y amigas rebeldes que nos escuchan, gracias por este tiempo y por su atención.

Somos el colectivo Nodo Solidale, en español Nodo Solidario. Somos un colectivo internacionalista con base en México y en Italia. Nos formamos en el 2007, tras conocer durante un largo viaje la rebeldía de la APPO en Oaxaca, de la Otra Campaña en Atenco y de las comunidades zapatista aquí en Chiapas. Desde ese entonces, tras adherirnos a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona e incorporarnos a la red de Europa Zapatista, hemos venido buscando la manera de tejer solidaridad entre las luchas autónomas en Italia y las luchas autónomas en México. Pero también de ir polinizando a ambas con el recuento, la amistad rebelde, el fuego de la resistencia de otras resistencias que desde siempre nos han inspirado tal como la de Palestina y Kurdistán, entre otras.

En nuestros 18 años de andar por las sendas del internacionalismo nos hemos hecho muchas preguntas sobre el sentido profundo de la solidaridad, la relación entre organizaciones, sobre los instrumentos más idóneos de ésta y el alcance de nuestra acción, sobre los límites de nuestras posibilidades y la inmensa magnitud de nuestros sueños. Por eso en esta compartición venimos a contarle algunas de nuestras formas de cómo hemos ido tejiendo rebeldías, pero también de las dudas, retos y problemas con que nos hemos topado.

También nos dimos cuenta que sólo “solidarizarse” con luchas más o menos lejanas no es suficiente, incluso puede ser algo muy “exótico”, un internacionalismo virtual que mucha izquierda hace, aplaudiendo rebeliones lejanas al tiempo que en su mero lugar no lucha o incluso se torna izquierda opresora, sobre todo cuando se vuelve izquierda de gobierno. En cambio, nosotrxs sentimos que lo que nos hermana, aunque en geografías muy lejanas, es la barricada, la revuelta, la fogata en el plantón, las artes insurrectas, la construcción de espacios de resistencia y casas comunitarias. Es decir, nos une el ardor en el gritar NO y el sudor en el construir el SÍ. A estos sentimientos políticos compartidos, le decimos complicidad global para subrayar que lo que nos convocan y une es este deseo transformador activo que, más allá de las diferencias culturales, geográficas e incluso ideológicas, nos hace cómplices, parientes en el asalto al cielo contra el enemigo común que es la Hidra Capitalista y su maldita pirámide.

Antes de pasar a analizar y compartir nuestras prácticas de solidaridad/complicidad cabe señalar que somos una pequeña organización de dos colectivos, dos “nodos”, como mencionamos, con compas viviendo y luchando tanto en Italia como en México, más o menos 20 personas activas. No tenemos muchos recursos y – por pobres y por elección políticas – contamos sólo con fondos recaudados en eventos solidarios y autogestivos que se realizan gracias al trabajo colectivo de quienes participan. Por un lado, eso nos hace económica y políticamente independientes de financiadores externos como partidos políticos, iglesias, empresas, fundaciones y ONGs, por otro lado, nuestra capacidad económica es limitada y nuestra acción choca constantemente con la falta de recursos. 

BRIGADAS 

La forma más recurrente y directa de solidaridad activa y de construcción de puentes entre luchas ha sido la organización de Brigadas Internacionalistas con compañerxs de diferentes partes de Italia y Europa, todxs ellxs cercanxs a nuestros espacios de lucha, que viajan a México para conocer, entender y compartir con las realidades de los movimientos sociales locales. Muchas veces hemos juntado jóvenes y no tan jóvenes en encuentros preliminares de formación sobre la realidad social y política en México, con especial atención a que lxs futuros brigadistas entiendan las diferencias culturales de los procesos de lucha en México, especialmente en las comunidades indígenas. Los encuentros de formación suelen ser dos, uno en Italia, previo a la salida y otro llegando a México.  

Las Brigadas incluyen casi siempre de tres a diez compañerxs y se arman alrededor de una tarea/trabajo/taller especifico que, realmente, es la herramienta con la cual entrar en contacto, colaborando en los hechos, con la organización o comunidad anfitriona. En el transcurso de los años hemos realizado brigadas alrededor de talleres de comunicación popular (formación en videos, documentales, fotografía, periodismo comunitario, transmisiones radio y serigrafía); talleres y brigadas de salud (formación de promotores, consultas generales, campañas de colposcopía y salud sexual y reproductiva, medicina táctica y primeros auxilios), muchas de ellas en colaboración con las compañeras de Brigada Callejera de la Ciudad de México; también hemos realizado brigadas para la construcción de hornos de ladrillo y para talleres de panadería, este proyecto, que duró muchos años, se llamaba “El Pan y las Rosas”, haciendo hincapié que un pan es mucho más que harina amasada con agua, sino una herramienta convival para promover el trabajo colectivo. 

Respecto a las Brigadas sentimos que su punto fuerte es la convivencia, pues la presencia física en las comunidades desencadena intercambios profundos, mucho más allá del taller que nos convoca. Comer y trabajar juntos, la convivialidad se vuelve la base de la hermandad, como dicen lxs compas kurdxs: nan û xwêdan, pan y sudor. O también “conspirar”, es decir, respirar juntxs, desde luego, hacernos cómplices, compañerxs pues. Por eso a veces decimos que la Brigada y la estancia con la organización/comunidad anfitriona rebasan políticamente, por la experiencia humana que implican, la misma razón de la visita y del taller que se realiza. También esta ha sido de las formas más efectivas de crear conexión y reforzar la confianza/alianza política con las organizaciones hermanas, sobre todo con la mencionada Brigada Callejera y los Panchos independientes en la Ciudad de México y con OIDHO y CODEDI en el estado de Oaxaca. Aunque se han realizado también brigadas en Guerrero, en Nuevo León, en Campeche, en Morelos y muchas más aquí, en territorio zapatista.

El punto débil de las Brigadas es que son efectivas en tiempos muy intensos pero cortos y son inevitablemente ocasionales, porque se pueden armar solo cuando coinciden los tiempos de lxs compañerxs visitantes con los de la comunidad que recibe, los cuales no suelen alinearse fácilmente. También en los talleres de formación, al ser esporádicos, no logran impactar profundamente y los promotores o lxs chicxs que reciben los talleres, al no poderlxs acompañar, suelen no dar continuidad a las tareas y trabajos encargados. De la misma forma las consultas de salud abren casos que requieren acompañamiento posterior que cuesta mucho trabajo hacerlo desde la distancia y, digamos, termina quedando “sobre los hombros” de la organización anfitriona.

MILITANCIA ACTIVA: MOVILIZACIONES Y TRABAJO COMUNITARIO TERRITORIAL

Como compañerxs del Nodo Solidale solemos definirnos “militantes por la vida”. Por un lado, porque enmarcamos nuestra lucha política adentro de la definición zapatista de la guerra del neoliberalismo contra la humanidad, es decir de la guerra del capitalismo contra la vida. Estamos así reiterando que nos plantamos en este lado de la barricada: el que crea, ama, comparte y se organiza contra quien roba, acecha y mata la alegría de vivir. Por otro lado, sabemos que cada quien defiende la vida desde su visión o ideología o compromiso ético: anarquistas, autónomos, feministas, comunistas, ecologistas, jóvenes y mayorcit@s, altas y chaparros, punks o cumbier@s, poco importa porque lo que nos importa son las ganas de cambiar el mundo, de mejorarnos como seres humanos y de hacerlo en este espacio de afinidad que es nuestro colectivo, en donde las diferencias – aun chocando – nos enriquecen. En el Nodo Solidale y más allá de él, promovemos la autonomía de acción con el fin de que cada quien también encuentre su lucha más cercana y en ella desenvuelva lo mejor de sus posibilidades. El colectivo así no es (y no quiere ser) una vanguardia sino un conjunto de “promotores de autonomía” en donde cada integrante busca inspiración y análisis en el colectivo para volver a su labor política y social especifica: de esta manera y en diferentes lugares, a partir del Nodo Solidale – pero desprendiéndose del mismo – lxs integrantes hemos participado y participamos en diferentes proyectos autónomos, enraizados en los territorios en donde vivimos. Nombramos algunos ejemplos: la Casa de Salud Comunitaria Yi’bel Ik’ (2016-2023) y el Gimnasio Autónomo Popular Barrio Bravo (actualmente activo) en Cuxtitali, un barrio periférico de San Cristóbal de Las Casas; en la misma ciudad también nació y trabaja como centro cultural la Librería La Cosecha y es activo el Comité Acción Palestina Chiapas; la cooperativa panadera Vendaval y la Verde Morada en la Ciudad de México; en su momento, Ecos Colectivo Autónomo de teatro en Guadalajara; las editoriales independientes Kairos en Italia y Tekio/Kairos en Chiapas; en años pasados en la Radio Ñomndaa “La Palabra del Agua” y la cooperativa Ljaa Xua, Flor de cacao, en Xochistlahuaca, Guerrero, la cooperativa editorial el Rebozo; al mismo tiempo que los centros sociales y las okupas en Roma (Italia) como el LOA Acrobax o la toma de viviendas del barrio obrero Il Quarticciolo; la Microstamperia en el mismo barrio… Y más y más, como varias investigaciones comprometidas con procesos hermanos, porque cada militante de nuestro colectivo viene de experiencias de lucha propias y vuelve a ellas enrequecidx de lo que se aprende en el caminar internacionalista del colectivo. Especificamente, la experiencia de las organizaciones y comunidades en resistencia en México aportan mucho y fluyen así hacia las luchas locales de otros lados del país o de Italia.

También consideramos fundamental, con esta participación activa en los procesos barriales y territoriales, actuar de manera directa para transformar nuestro entorno. Es justo este esfuerzo, esta activación física y concreta en la lucha local que agrega otro elemento vivencial, empírico y real a eso que seguimos llamando “complicidad global” que, desde luego, es justo lo contrario de aplaudir las luchas desde la lejanía y, a menudo, desde la comodidad de los escritorios y las academias. Esto significa que estamos involucradxs en la agenda política de nuestros movimientos sociales, por ejemplo, en la defensa del agua y de los bienes comunes de nuestras comunidades/barrios; en las movilizaciones feministas y en la creación de espacio de reflexión y acción contra el patriarcado; en la liberación de las presas y presos políticos, desde una perspectiva anticarcelaria; en la defensa de la salud y escuela públicas, con una perspectiva autónoma y comunitaria; en el ejercicio del derecho al territorio y libre determinación a través de la radio comunitaria, etc…

El talón de Aquiles de esta militancia de base es que, a veces, en lugar de sumar a un plan más amplio de lucha como la propuesta internacionalista que llevamos a los Encuentros como este, le resta tiempo y energía porque nos ancla y clava en la emergencia constante por la supervivencia y en los altibajos de la lucha local, todas bajo la presión brutal de la represión del Estado y de sus tentáculos armados como los grupos fascistas, paramilitares o narcos. También cabe mencionar que, en el caso de much@s de nostr@s que somos de origen italiano y vivimos y luchamos en México, nos complica bastante encontrar un lugar en la lucha local que no sobredetermine los modos, tiempos y costumbres de nuestros vecinos y vecinas. La güeridad en la militancia comunitaria nos genera muchas preguntas, inquietudes, dudas sobre las relaciones de poder que eso genera, la colonialidad interiorizada, la positividad o negatividad de nuestra exposición en las movilizaciones… Aun así, asumimos estas contradicciones y decidimos que no nos pueden paralizar sino preferimos, con nuestros defectos y dudas, salir a luchar codo a codo de la banda en la defensa de la vida, del territorio, de las mil y un formas colectivas de estar al mundo.

CONTAR LAS REBELDÍAS PARA SABOTEAR EL PODER

Otra herramienta que hemos privilegiado para la difusión de la lucha es crear y distribuir libros y folletos (y material gráfico) para abonar al pensamiento crítico, usando estos textos como un desarmador contra los complejos engranajes de la maquinaria capitalista. La narración y la reflexión, cuando parten y regresan a las luchas reales, nos permiten organizar las ideas y las experiencias, ponerlas en perspectivas y verlas, por así decir, en cámara lenta… y de ahí volverlas a usar para profundizar el cambio que tanto necesitamos. “Praxis, teoría, praxis” como nos enseñaron justo los y las zapatistas.

Los libros también se vuelven ocasión de tejer redes y recorrer los territorios con el pretexto de presentarlos. Decimos pretexto porque también en este caso el hecho de que la gente se junte, escuche de una lucha “otra”, organice un evento solidario e intercambie ideas para fortalecer sus resistencias es más importante que la presentación del libro mismo. Para nosotrxs la traducción y realización de libros, entre muchos, sobre la educación autónoma, la historia del EZLN, el feminismo comunitario, los versos de la guerrilla kurda o de la resistencia palestina, se han vuelto otro puente para conectarnos con otros colectivos, luchas territoriales, asociaciones de base, organizaciones populares y gente, al fin y al cabo, que como nosotrxs busca comprender la realidad para cambiarla. La venta de libros además nos ha servido como forma de generar pequeños fondos para los gastos del colectivo o para financiar campañas como, por ejemplo, la de “Un quirófano en la Selva”.

Más allá de la publicación de los libros y folletos, en los años también hemos creado material audio-visual así como transmisiones de radio, correspondencias con radios comunitarias y radios libres, breve documentales y podcast para denunciar en Italia la guerra en México y contar sus dignas resistencias y al mismo tiempo para narrar en México las resistencias y rebeldías de la otra Europa, la insumisa. Muchas veces en América Latina, sobre todo entre la gente no politizada, se ve al Occidente capitalista como una tierra de bienestar, poblada de ricos acomodados; nuestra tarea entonces también es deshacer esta narración que hace el capitalismo de sí mismo y mostrar las contradicciones que existen en el mal llamado Primer Mundo y las grietas que en él abrimos quienes luchamos contra este monstruo racista y depredador.

AUTO-ORGANIZACIÓN COMO FIN Y COMO MEDIO

Como ya mencionamos hacemos de la autogestión nuestra forma de financiación y de la auto-organización nuestra practica horizontal de trabajo y toma de decisiones. Estos principios son imprescindibles en nuestra pequeña organización y de hecho nuestro tejer internacionalista ha empezado en la búsqueda de otras organizaciones, movimientos con este mismo espíritu, con esta misma búsqueda de horizontalidad, esta voluntad intrínseca en la acción de no querer reproducir pirámides. No siempre lo logramos, es cierto, pero este es el camino a la horizontalidad entendida no como dogma sino como forma de organización no estatal de la comunidad humana, como ya ha ocurrido en otros momentos históricos y como deseamos vuelva a re-organizarse tras el colapso de la opresiva forma del Estado Nación.

Políticamente esto implica que el trabajo del colectivo se sustente en reuniones periódicas en donde la toma de decisiones es por consenso y las comisiones trabajen los temas específicos (por ejemplo, la organización y realización de un taller, una brigada, un evento); también implica que las compañeras, con momentos de mayor o menor oportunidad, mantengan y promuevan espacios de reunión separados de los varones; también nos mantiene distantes de toda forma de financiamiento que no sea el producto de actividades y eventos autogestivos realizados de manera no remunerada por lxs integrantes del colectivo o pequeños proyectos productivos (como la venta de nuestros libros o artesanías/playeras/etc); en fin también conlleva la necesidad de estar tejiendo redes y manteniendo alianzas, con equilibrio y paciencia, como la que nos une en lxs hermanxs de la Alianza Magonista Zapatista (AMZ) o con los diferentes colectivos de Europa Zapatista; todo eso se dice fácil pero cuesta trabajo, tanto para construir constantemente el consenso como para alcanzar las metas y objetivos que nos proponemos.

En este aspecto creemos que encontramos dos problemas principales: por la característica de tener dos nucleos en países diferentes es difícil mantener esta horizontalidad en todos los temas, hay bastantes problemas para una comunicación profunda; estamos solucionando esta parte tanto con la ayuda de la tecnología (para las reuniones intercontinentales en línea) como con la decisión de asignar mayor autonomía política a los dos nodos, para que tomen más peso la asambleas y los acuerdos locales. 

El otro gran desafío es mantener esta relación de horizontalidad con las demás organizaciones hermanas, especialmente cuando son organizaciones populares grandes o, incluso, organizaciones político-militares. ¿Puede un colectivo de pocos militantes hablar de par a par con una estructura política de masa? ¿Es justo? ¿Puede una organización de masa tener una actitud realmente horizontal al relacionarse con los pequeños colectivos? ¿Puede un colectivo de caxlanes, gente de ciudad, tener una relación pareja con los pueblos indígenas? Más allá de las palabras de-construidas y libertarias, ¿Cuántas pirámides tenemos interiorizadas?

Andamos entendiendo el cómo, empezando por nuestros propios límites e inspirándonos en Encuentros como este, entre tantos grupos iguales en sus diferencias, para ver cómo mejoramos como personas y como colectivo, cómo animarnos a construir en nuestros territorios una alternativa real, tal y como hacen a su manera los pueblos zapatistas, a pesar de que el capitalismo nos arrincona costantemente en la lucha por la sobrevivencia. Así, frente a la mentira individualista, el preso político kurdo Abdullah Öcalan y los pueblos zapatistas nos enseñan que “la humanidad comienza donde termina la competencia”. Nuestro cierre no es un final: es puño en alto y corazón extendido.

Muchas gracias.

Palabra del Nodo Solidale en el 28º Encuentro Nacional de la Red Mexicana del Trabajo Sexual

Primero que todo, desde el pequeño colectivo que somos, llamado Nodo Solidale, les queremos hacer llegar un abrazo inmenso lleno de cariño y respeto, por su pisada fuerte y valiente, llena de irreverencia transformadora, de pulsión de vida que nos empuja a seguir codo a codo con ustedes, organizando la solidaridad y  festejando la obstinada voluntad de seguir tejiéndose y tejiéndonos en este vigésimo octavo Encuentro Nacional de la Red Mexicana de Trabajo Sexual. 

Damos nuestra palabra respondiendo a sus preguntas generadoras:

¿Cuáles han sido sus retos en el tejido dentro de su organización para permear en los otros y las otras en el caminar de la construcción de ese otro mundo?

Aunque parezcan preguntas simples las que nos plantean nos abren un mar de dudas y cuestiones para la autoreflexión. Como colectivo internacionalista nuestra apuesta ha sido y sigue siendo el encuentro entre realidades que resisten a la embestida del capitalismo en sus diversas formas, tejiendo puentes entre resistencias que marcan y modelan estrategias para combatir las distintas cabezas de la hidra, cada vez más violenta, cada más afianzada en la guerra permanente contra los pueblos. Llevamos 18 años en este andar, marcado también por la potencia de la lucha persistente de Brigada Callejera que no ha parado de convocarnos a construir juntas, del Comandante Jaime Montejo que nos ha dado ejemplo de vida aun cuando todo parecía desvancerse, que nos han enseñado que desde los lugares más rotos podemos seguir floreciendo. Para nosostrxs conocer a las trabajadoras sexuales organizarse en la lucha ha sido tan esperanzador como ver a las zapatistas sublevarse en el rincón más olvidado de México o ver a las combatientes kurdas rescatar sus derechos en medio del desierto de la barbarie yihadista. 

Nuestras prácticas de aprendizaje con estos y más procesos de lucha autónomos  han ido tomando distintas formas en los años, tanto por nuestras experiencias personales y como por los contextos donde hemos decidido vivir. Hemos buscado tejer alianzas políticas a partir de la amistad rebelde, construyendo con brigadas, talleres e intercambios, un terreno común de confianza, más cercano a la práctica que a la teoría, aunque siempre en el marco de un pensamiento libertario, anti-racista, anti-capitalista y anti-patriarcal.

En San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, hemos emprendido la misión de montar, crear y mantener primero una Casa de Salud Comunitaria (2016-2023) y, desde hace 4 años, un gimnasio autónomo popular que funge como espacio de encuentro, lucha y reflexión desde el deporte, con jóvenes y adultxs, en un contexto d violencia, apostándole al cuidado comunitario en este territorio en donde vive la mayoría de la parte mexicana del colectivo.

En Italia, continuamos con la gestión y formación de compañeras y compañeros médicos y personal sanitario que desde el intercambio de saberes pueda continuar y fortalecer enlaces entre Italia y México. La mayoría de ellos y ellas pasan por el aprendizaje de Brigada Callejera, un punto de referencia en la salud autónoma urbana, una montaña de experiencia y saberes por compartir para la banda que llega.

Desde la trinchera editorial, decidimos seguir generando textos, libros, memorias, poemas, gráfica que en su fuerza narrativa puedan mostrar un cachito de lo que en estas tierras rebeldes se trabaja en la educación, la salud, la resistencia de los pueblos, barrios y ciudades para entablar diálogos sobre las distintas y similares formas organizativas de los dos lados del charco. Lo hacemos porque pensamos que difusión del pensamiento crítico es el mejor abono natural en la tierra de la rebeldía y la memoria insurrecta.

En fin seguimos a pesar de todo construyendo de a poquito eso que nos gusta llamar la complicidad global, una forma de estar en las mismas trincheras aún lejos, siempre guiados por la pauta precisa y constante de que la solidaridad es la ternura de los pueblos y que sólo reconociéndonos en las diferencias y las semejanzas, que a veces son más de las que podemos ver de inmediato, logramos imaginarnos un mundo donde quepan muchos mundos.

¿Cómo nos miran a las trabajadoras sexuales?

Con su pregunta de cómo las vemos se nos apretuja la corazona. Para nosotras, nosotros existe un antes y después de ustedes. Ustedes nos han enseñado a verlas, nos han abierto los ojos a la resistencia y la fuerza que conlleva su trabajo, han marcado nuestro camino como referente. Algunos y algunas de nosotros, al llegar a México, traían una visión abolicionista muy ideológica, una especie de visión deterministica en donde el trabajo sexual iba a extinguirse cuando se hubieran borrado las condiciones materiales que lo creaban y sólo así se liberarían las “pobres mujeres explotadas”. Pero la lucha de ustedes nos enseñó que la realidad es mucho más compleja y que la dignificación del trabajo sexual es una lucha de día a día que no va a estar esperando a dizques profetas de la liberación, sino se libera del brutal lastre de la trata y de todas las otras formas de explotación en el proceso real, cotidiano, de organización y, desde luego, de modificación de las relaciones de fuerzas ante los aparatos estatales, criminales y patriarcales.

También hay otra mirada que tenemos hacia ustedes y es una mirada repleta de respeto amoroso y combativo. La misma mirada que le tenemos a las mujeres palestinas, por ejemplo. Una llena de admiración para quien mantiene encendida la que las zapatistas nombran como la “llamita de la esperanza”, en la plena obscuridad de un mundo en colapso.

Porque trabajar de noche en urbes pobladas de violencia a todos los niveles y resistir a los hoteleros, las madrotas y padrotes, la policía, a la violencia institucional que busca negar e ilegalizar su trabajo, a un entero sistema que ve el cuerpo de las mujeres solo como territorio de conquista, el contraponerse a un discurso abolicionista, es una muestra de valentía, de saber confrontar los distintos desafíos que las metrópolis imponen, de organizarse ante la precariedad de este mundo que nos busca separadas, solas y por ende indefensas. Nos han enseñado a ver lo falsa de la lógica victimista con la cual se busca nulificar su trabajo. 

Por todo eso, junto a ustedes gritamos, en un eco que retumbe en varios rincones del mundo:

¡Basta al cobro de piso!

¡Basta de discriminación!

¡Basta de violencia institucional!

¡Trabajo sexual es trabajo!

“Por un mundo a la altura de nuestro sueños”

Con inmenso cariño, el colectivo Nodo Solidale, de Italia y México 

2025. Los Angeles. California.

Il 6 giugno, agenti dell’ICE hanno condotto blitz in vari punti della città: Fashion District, Home Depot e una grossa azienda tessile. Oltre cento arresti.

Le strade hanno risposto: molotov, blocchi di cemento, barricate e auto in fiamme. I manifestantihanno resistito con determinazione, trasformando la città in un campo di battaglia contro la violenza
istituzionale. La risposta della polizia è stata brutale: gas lacrimogeni, flash-bang, proiettili di gomma e granate stordenti. Ventisette persone arrestate, almeno tre manifestanti feriti, sei agenti colpiti e due giornalisti centrati da proiettili “non letali” mentre documentavano i fatti.

È l’urlo collettivo di chi non può più accettare le retate dell’ICE e le politiche razziste dell’amministrazione Trump. È un punto di svolta nella resistenza contro l’apparato repressivo statunitense: una mobilitazione che brucia di coraggio, dolore e dignità.

La risposta federale arriva il 7 giugno. Trump firma un ordine senza precedenti: la mobilitazione della Guardia Nazionale sotto il Titolo 10 del Codice degli Stati Uniti, (U.S. Code) che regola le forze armate. Quando la Guardia Nazionale viene mobilitata sotto Titolo 10, significa cha agisce sotto il controllo federale diretto, cioè del Presidente degli Stati Uniti, non più sotto il comando del governatore dello stato, può essere impiegata come forza militare federale attiva, proprio come l’esercito regolare. Circa 2.000 tra militari e forze federali vengono dispiegati nelle strade di Los Angeles, a difesa dei centri ICE e degli edifici federali. Un atto gravissimo, che non si vedeva dal 1965 senza il consenso dello Stato interessato. Il governatore Gavin Newsom ha denunciato con forza l’iniziativa: «Una violazione della sovranità statale e una provocazione deliberata». Ha già annunciato una causa legale contro Washington.

Tra fiamme, barricate e fumo lacrimogeno, un’immagine è diventata simbolo virale: un manifestante a volto coperto, in sella a una moto, che sventola con fierezza la bandiera messicana davanti a un’auto in
fiamme, diventato emblema virale di un conflitto sociale destinato a incendiare i cuori .

Questa non è una protesta pacata, né uno sciopero simbolico. È l’ennesima rivolta popolare, reale, viscerale. Contro la deportazione di massa. Contro lo smantellamento sistematico dei diritti. Contro un
potere autoritario che usa gli eserciti per proteggere una società basata sull’esclusione, sulla discriminazione, su un “noi” bianco e privilegiato contro un “loro” criminalizzato e perseguitato.


Le leggi migratorie reintrodotte e rafforzate dall’amministrazione Trump nel suo secondo mandato hanno segnato un ulteriore passo verso la criminalizzazione della mobilità umana. Il ripristino della politica “Remain in Mexico”, l’espansione dei poteri di detenzione per l’ICE e le deportazioni accelerate hanno trasformato il confine in un territorio militarizzato e letale. Le nuove restrizioni colpiscono anche chi è già radicato nel paese da anni, spezzando famiglie, distruggendo comunità, alimentando una paura quotidiana che diventa sistema di controllo.

In queste strade non ardono solo automobili: bruciano vite, speranze, e dignità. Dalle ceneri, come sempre, si leva una forza collettiva che rifiuta di chinare il capo.

Una dignità messicana e chicana che si ribella, che non è solo migrante ma parte viva e inscindibile di questi Stati Uniti. Una voce che reclama rispetto, giustizia, libertà di movimento e di identità. Pronta a difendere con forza la propria storia, le radici profonde di una cultura che resiste, e un futuro fatto di dignità e speranza che nessuna frontiera potrà mai soffocare. Nelle strade a gridare “Fuck ICE” non ci sono solo gli/le indocumentati o la furia dei giovani chicanos; gruppi di vicini, studenti universitari, collettivi antifascisti, sindacati di base, indigeni delle riserve, uomini e donne di Los Angeles, con il cuore empatico e solidario, che incarnano la coscienza meticcia profonda di questo pezzo – da sempre
ribelle e pulsante – degli States.

Nel frattempo il Messico, sotto pressione costante da parte degli Stati Uniti, continua ad applicareil Plan Frontera Sur, rilanciato e inasprito nel 2024 con nuovi fondi statunitensi, droni di sorveglianza e pattugliamenti congiunti. L’obiettivo dichiarato: contenere le migrazioni prima che arrivino al confine nordamericano. Quello reale: esternalizzare la frontiera USA fino al confine con il Guatemala. Mentre il governo federale stringe accordi con Washington per contenere il flusso migratorio, intere regioni del Messico diventano zone cuscinetto, dove la migrazione è gestita come una minaccia militare, non come una crisi umanitaria.

Nel solo 2024, oltre 800.000 persone sono state intercettate nel sud del Messico. Provenienti da Honduras, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Venezuela, Haiti, ma anche da zone rurali messicane devastate da violenza e povertà, vengono spesso bloccate, detenute o deportate senza reali possibilità di chiedere asilo. Nei centri di detenzione migratoria – come quello di Tapachula, tristemente noto come “la Guantánamo messicana” – si accumulano denunce di violazioni sistematiche dei diritti umani: abusi, mancanza di cure mediche, condizioni igienico-sanitarie disumane. La presenza dei cartelli lungo le rotte migratorie si è intensificata: estorsioni, sequestri, stupri, reclutamento forzato. Per chi fugge, il cammino è un campo minato. La frontiera non è una linea: è una trappola, un labirinto di checkpoint, milizie, sequestri, fosse comuni e silenzi.

In Chiapas, il sud profondo del paese, la situazione è esplosiva. Si contano 15,000 “desplazados“, sfollati di intere comunità indigene e contadine costrette ad abbandonare le proprie terre a causa dell’intensificarsi dei conflitti armati tra gruppi narcos, con il cartello di Sinaloa e Jalisco Nueva Generación che si intrecciano a forze di sicurezza e paramilitari. Le forze speciali di polizia Pakal, annunciate come baluardo dello Stato contro il crimine, operano spesso in modo opaco, violento, con scarsi risultati e molte denunce di abusi. In varie aree, lo Stato si ritira. In altre, convive o subappalta al crimine organizzato la gestione della res pubblica. Altrove, reprime. Sparizioni forzate, imboscate e sparatorie in pieno giorno, femminicidi come pratica sistematica, villaggi rasi al suolo e fosse comuni clandestine sono l’orrore quotidiano di questa guerra di frammentazione territoriale, dove ogni metro quadrato del Chiapas sembra ardere per un conflitto.

Così, la frontiera, quella tra Stati Uniti e Messico, ma anche quella tra sud e nord del Messico, tra diritto e arbitrio, tra umanità e repressione, si allarga, si moltiplica, si incista nel territorio e nei corpi. Non è un confine geografico: è una ferita politica che separa chi fugge da chi esclude, chi resiste da chi reprime.


NO BORDER, NO NATION, STOP DEPORTATION

Ma cos’é ICE?

ICE, Immigration and Customs Enforcement, è l’agenzia federale degli Stati Uniti incaricata di far rispettare le leggi sull’immigrazione e controllare le frontiere interne. Dipende dal Dipartimento della
Sicurezza Interna (DHS) ed è nota soprattutto per i raid, gli arresti e le deportazioni di immigrati irregolari. Le sue operazioni sono spesso al centro di forti critiche per l’uso eccessivo della forza, la separazione delle famiglie e la detenzione di minori. Una parte significativa del personale ICE è composta da agenti di origine latina, molti dei quali si ritrovano a eseguire ordini contro comunità simili a quelle da cui provengono. Una contraddizione lacerante, che acuisce il dramma umano e politico delle retate, e rivela con crudezza come i sistemi autoritari, anche sotto l’apparenza democratica, siano capaci di rivolgere le loro stesse vittime le une contro le altre.

Oggi vogliamo riproporre questo potente progetto che è un piccolo gioiello di resistenza visiva e sonora. Nel 2013, La Santa Cecilia dava voce a milioni di persone invisibili con una ballata potente e delicata allo stesso tempo, che mette in scena, con forza poetica e politica, la repressione quotidiana vissuta dal popolo messicano sul suolo statunitense. El Hielo/il ghiaccio gioca sul doppio significato della parola: ICE come ghiaccio, freddo e disumano, ma anche ICE come l’agenzia federale per l’immigrazione, simbolo delle deportazioni, delle famiglie spezzate, della paura costante.

Nel videoclip, che oggi, dodici anni dopo, risuona come una profezia dolorosamente realizzata , vediamo i volti di Eva, José, Marta: persone reali, lavoratori senza documenti, che ogni giorno sopravvivono in un limbo legale e in un Paese che si nutre del loro lavoro, ma li espelle senza
pietà.

El hielo anda suelto por esas calles / nunca se sabe cuando nos va a tocar…
Il ghiaccio cammina sciolto per queste strade / non si sa mai quando ci toccherà

Una madre che non torna da scuola, un taxi diventato giardino da curare, un sogno americano che esclude chi lo tiene in piedi. La canzone non chiede pietà: pretende giustizia. E oggi, mentre nuove retate colpiscono le comunità latine, El Hielo resta un inno alla resistenza migrante e alla dignità di chi “solo voleva lavorare” e vivere.

La Santa Cecilia – Ice El Hielo

ICE – Acqua congelata
ICE – Immigration and Customs Enforcement
ICE – Il ghiaccio

“Eva passa lo straccio sul tavolino,
per far brillare tutto come una perla
quando arriva la padrona, che non si possa lamentare
non sia mai che la accusino di essere illegale.

José cura i giardini, sembrano di Disneyland
guida un vecchio camion senza la patente
non importa se era tassista nella sua terra natale,
questo non conta niente per lo Zio Sam.

Il ghiaccio cammina sciolto per queste strade
non si sa mai quando ci toccherà
piangono i bambini, piangono fuori scuola,
piangono vedendo che mamma non tornerà

Uno che resta qui
l’altro che torna là
questo solo per essere andati a lavorare

Marta è arrivata bambina e sogna con studiare qua
ma è difficile avere un futuro senza documenti
rimangono con gli allori solo quelli che sono nati qui
ma lei non smette mai di lottare

Il ghiaccio cammina sciolto per queste strade
non si sa mai quando ci toccherà
piangono i bambini, piangono fuori scuola
piangono vedendo che mamma non tornerà

Uno che resta qui
l’altro che torna là
questo solo per essere andati a lavorare

Uno resta qui
l’altro resta là
succede per essere andati a lavorare”

Guarda il video qui: https://www.youtube.com/watch?v=0lNJviuYUEQ

Nodo Solidale

L’anomalia della guerra in Messico

I dati della fabbrica del terrore

Il 5 marzo il collettivo “Guerreros Buscadores de Jalisco” scopre qualcosa che innalza il livello della crudeltà del potere in Messico: un campo di sterminio del Cartel Jalisco Nueva Generación, uno dei cartelli più feroci del Paese. In un ranch di Teuchitlán, nella campagna a un’ora dalla metropoli di Guadalajara (e a mezz’ora da una caserma militare), dietro un portone come altri milioni in Messico, vengono scovati – da un collettivo di familiari di “desaparecidos” e non dalle autorità competenti, come nella maggioranza schiacciante dei casi – tre forni crematori con ammucchiati frammenti umani e circa 400 paia di scarpe, centinaia di altri oggetti personali come braccialetti, orecchini, cappellini, zaini, quaderni con lunghissime liste di nomi, che proiettano la dimensione dell’orrore su centinaia, forse migliaia, di persone uccise con rigore scientifico in questo campo di sterminio contemporaneo. La vista della montagna di scarpe delle persone scomparse è un pugno al cuore per tutti coloro che, per associazione fotografica, volano con la mente ai peggiori massacri realizzati dalle dittature nazi-fasciste.

Ma Jalisco conta 186 siti di sepoltura clandestina processati dalle autorità, sebbene il ranch Izaguirre non figuri in questa mappa. Tlajomulco de Zúñiga è il comune con il maggior numero di fosse clandestine, per un totale di 75. Guadalajara la ricca, bella, ripulita e turistica capitale dello Stato è costellata di storie di desaparecidos e violenza, alcuni monumenti sono stati deturpati e trasformati in memoria viva con centinaia di foto e striscioni con i volti di persone sparite. Una realtà agghiacciante che va avanti da anni.

Sono più di quindici anni infatti che, come collettivo, ci siamo uniti a quella parte della società civile organizzata messicana che denuncia questa guerra negata, sporca, manipolata o romanticizzata nelle serie televise dedicate ai grandi capi del Narco. Una guerra del tutto capitalista, volta ad accumulare quantità assurde di denaro trafficando merci e corpi. Corpi picchiati, violentati, sfruttati fino all’ultima goccia, torturati e poi fatti a pezzi, sciolti nell’acido, bruciati, evaporati e dispersi nel nulla dell’oblio. Sono giovani uomini attratti da offerte di lavoro ingannevoli, bambini spariti in un angolo qualsiasi di una città, ragazzi reclutati con l’inganno. Sono moltissime donne: bambine, giovani, adulte, intrappolate in circuiti di tratta, abusi e torture inimmaginabili. E’ la fabbrica del terrore, la necro-produttività capitalista. Parliamo di 123.808 persone “desaparecidas”, dati del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No localizadas (RNPDN) aggiornati al 13 marzo 2025. Numeri che, addirittura, superano di gran lunga le cifre già spaventose dello sterminio e della sparizione forzata realizzati durante le dittature in Cile e Argentina. Ma in Messico la maggioranza delle vittime non è militante política, è gente comune e questo riduce di molto la risonanza di questo terrificante crimine, come analizzeremo più avanti. Più di 50.000 persone sono scomparse negli ultimi 6 anni, sotto il governo di centro-sinistra della pomposamente sedicente “4^ Trasformazione”, indicando matematicamente le responsabilità istituzionali di questa drammatica piaga sociale. A questi dati sommiamo gli omicidi realizzati nel paese dall’inizio della cosiddetta guerra al narco, ovvero da dicembre 2006: 532.609, dato aggiornato al 29 gennaio di quest’anno, secondo fonti ufficiali. Più di mezzo milione di vite stroncate, di cui almeno 250.000 durante gli ultimi sei anni, con i governi di centro-sinistra.

Sopravvivere alla “guerra di frammentazione territoriale”

Com’è possibile che tutto ciò passi in (quasi) completo silenzio?

L’elemento fondamentale dell’anomalia della guerra in Messico non risiede solo nell’alto indice di normalizzazione e negazione della stessa, di cui parleremo più avanti, ma soprattutto nella sua comprensione sociale, perché relegata ai margini della politica e delle definizioni classiche di guerra. “Ancora non piovono le bombe dal cielo”, ci diciamo a volte ironicamente, “non stiamo messi male” come in Palestina, in Siria, in Kurdistan, Sudan, in Ucrania. Eppure il numero dei morti è lo stesso o, in certi casi, superiore.
Questa infatti non è una guerra simmetrica, fra eserciti schierati o un’invasione dichiarata da una forza armata nemica; e neanche la tipica guerra contemporanea asimmetrica, che si combatte un po’ ovunque, con forze speciali dello Stato impegnate contro cellule del “nemico interno”. Il fronte messicano è caratterizzato invece da una moltiplicazione indiscriminata di attori armati e da un altissima intensità di fuoco, che frammentano il campo di battaglia in micro-conflitti molto violenti, sparsi e poco visibili che elevano brutalmente il tasso di mortalità fra la popolazione civile mentre l’attività economica, politica e sociale grosso modo va avanti, con black-out e intermittenze nelle gestione della vita pubblica locale. Definiamo quindi questa anomalia bellica come “guerra di frammentazione territoriale”. Del resto le aree più assiduamente colpite dalle offensive e contro-offensive dei vari gruppi armati (illegali o istituzionali), dai rastrellamenti, dalle sparizioni, dai reclutamenti forzati, sono i territori rurali o le periferie semi-rurali, come per esempio Teuchitlan, dove è “apparso” il centro di stermino e addestramento forzato nel ranch Izaguirre. In mezzo alle lande industriali, nei territori di frontiera, nel deserto, sulla costa, sulle montagne la gestione delle rotte, dei campi di coltivazione, del traffico di esseri umani è da decenni in mano a differenti gruppi di potere che si scannano su popolazioni di periferia, spesso indigeni e contadini, che non fanno notizia e, a volte, neanche fanno numero nelle statistiche. Quando la guerra fra i vari attori armati arriva nelle città si rende visibile, “registrabile”, fa scalpore ma spesso l’indignazione evapora nella paura per le rappresaglie e quando la violenza scema localmente in una geografia per intensificarsi in un altra.

Con lo sgretolamento dei grandi cartelli, più o meno stabili fino alla fine degli anni 90, e l’intromissione militare attiva dello Stato messicano come socio del Cartello di Sinaloa (2006) contro tutte le altre organizzazioni criminali, si è arrivati all’esplosiva creazione di centinaia di gruppi armati (240 secondo un’informativa della Secretaria de Gobernación) che a loro volta si diramano in cellule e sotto-gruppi locali, che gestiscono fisicamente in quartieri e villaggi la gestione delle attività illecite come il racket, la prostituzione, i sequestri, la fabbricazione e lo smistamento di armi e droga. La moltiplicazione degli attori armati ha aumentato considerabilemente la frammentazione del territorio, generando una balcanizzazione violenta del Paese, attraversato ampie aree “off limits” o con circolazione ristretta per coprifuoco. Queste numerose strutture/imprese criminali sono affiancate nel lavoro logistico e di controllo del flusso di merci/persone da tutte le forze armate e di sicurezza dello Stato, definite “corrotte” ma in realtà strutturalmente legate all’economia illegale, coinvolte a differenti livelli e divisi in differenti gruppi anche rivali e, quindi, anche in conflitto tra loro. Basta citare che nell’ultima “pulizia” ordinata quest’anno dall’attuale governatore del Chiapas Eduardo Ramirez, nell’affanno di recuperare un’immagine pubblica di decenza e con la necessità di riordinare il flusso di cocaina e migranti nella zona strategica della frontiera sud seguendo interessi di altri gruppi di potere, sono stati arrestati per mafia 270 poliziotti (e almeno tre sindaci) in cinque città differenti della regione, dimostrando implicitamente il livello di cooperazione fatto sistema tra Stato e crimine organizzato. Stato e Crimine che però non bisogna immaginare come due blocchi monolitici contrapposti, ma piuttosto dobbiamo abituarci a vedere e comprendere il panorama messicano come un grandissimo mercato, dove numerose agenzie, punti vendita e succursali, gruppi di pressione, giudici, polítici e burocrati insieme a molti attori armati, in divisa o meno, partecipano, si alleano e lottano a ritmi vertiginosi per assicurarsi una ghiotta percentuale nel controllo delle risorse del Paese (e, solo in parte, del fiume di cocaina che lo attraversa, su richiesta degli Stati Uniti d’America).

L’economia criminale come modo di produzione capitalista

La diffusione dell’economia criminale e della sua organizzazione è una ristrutturazione capitalista del dominio e saccheggio dei territori, un forma di accumulazione che in Messico si mostra con questa specificità che definiamo “guerra di frammentazione territoriale”. In America Latina lo Stato ha costantemente contribuito all’accumulazione (originaria e successiva) di Capitale attraverso le forze armate, con l’aggressione diretta contro chi impediva il saccheggio, spesso i popoli indigeni, gli operai e i contadini. Le classi subalterne nei secoli hanno sviluppato numerose e svariate forme di resistenza, anche armate, aprendo fino a pochi decenni fa un periodo feroce, ma anche formidabile, di lotta guerrigliera contro il potere statale, l’oligarchia e le grandi imprese. In Messico sono numerosissimi i casi di organizzazione della lotta armata, eredi dell’Indipendenza prima e della Rivoluzione poi, entrambe iniziate e portate a termine soprattutto dai contadini, dagli indigeni e successivamente dagli operai. Dopo l’insurrezione zapatista del 1994 e l’ampio consenso globale ottenuto da essa, per il governo messicano reprimere la resistenza popolare con le forze armate ha avuto, e continua ad avere, un costo politico molto alto (ricordiamo per esempio il caso di Ayotzinapa), ragion per cui l’uso delle forze dei sicari come outsorcing della repressione è diventato negli anni un vero e proprio dispositivo per raggiungere dei territori strategici, spopolarli attraverso la politica del terrore implementata dai gruppi criminali, riordinarli secondo la logica economica specifica (impiantare una miniera, un consorzio turistico, un porto, una diga o semplicemente ri-organizzare la forza lavoro e le risorse a favore del gruppo “vincente”). Si è passati dall’uso storico e secolare di mercenari al soldo dello Stato alla creazione di numerose imprese criminali regionali e locali che, indipendenti ma socie dello Stato, gestiscono, controllano e terrorizzano la popolazione per profitto proprio e con finalità condivise con chi governano le istituzioni: l’arricchimento illimitato. La repressione quindi non è più solo contro i guerriglieri e gli attivisti, ma è una forma di governance – flessibile, elastica ma spietata – su tutta la popolazione e sui territori su cui questa vive, lavora e sogna.

Questo dispositivo infernale, oltre a perpetuare la necessità capitalista di cosificazione e valorizazzione di ogni elemento, di ogni territorio e di ogni essere umano, ricopre un ruolo strategico importante nella guerra ideologica: quello di spoliticizzare la lotta di classe, la resistenza contro il saccheggio di ogni spazio vivibile.

L’uso del crimine organizzato, comunemente detto “narco”, come braccio armato del capitalismo permette collocare le vittime nel terreno fangoso del dubbio: l’hanno ammazato perchè lottava o perché magari aveva qualche intrallazzo che non si sapeva? Chi è stato realmente? Non ha la stessa ripercussione nell’opinione pubblica un omicidio realizzato dalla polizia o dall’esercito in uno scontro politico (una manifestazione o in combattimento guerrigliero) che un omicidio, con gli stessi fini, realizzato da sicari legati a un gruppo criminale, durante la “normalità” della vita quotidiana. O a volte neanche la “dignità” terribile dell’omicidio ma la sparizione forzata nel nulla, dove la vittima è inghiottita nel buio da un carnefice invisibile. In questa maniera si perdono più facilmente i connotati di un delitto politico, si “normalizza” l’aggressione facendola scivolare nell’oceano anonimo dei “delitti comuni”, non degni d’attenzione. Allo stesso tempo un omicidio chiaramente politico – così drammaticamente ricorrente nella lunga storia della lotta di classe – scatena effetti e reazioni con responsabilità politiche dirette: “è stato lo Stato!” E la gestione dello Stato, per quanto feroce, può essere messa in discussione, diviene “naturalmente” l’obbiettivo della rabbia popolare, così come storicamente i movimenti sociali hanno denunciato e combattuto la violenza dell’Esercito e della polizia, come bracci armati del potere e in qualche modo “traditori”, come lo Stato, del patto sociale con il popolo, che li mantiene. Quando però la fonte della violenza è un gruppo di imprenditori feroci, senza divisa, senza regole d’ingaggio, senza un’etica e un patto sociale a cui sottostare: come ci si ribella? Contro chi e come si dirige la rabbia sociale? È difficile, nonostante alcune eroiche eccezioni, manifestare, organizzarsi e difendersi contro un nemico senza regole, penetrato nel tessuto sociale e camaleontico, come la mafia.

Domande scomode

Spesso in Italia, tra un’iniziativa di contro-informazione e l’altra, abbiamo ascoltato domande dubbiose: “Ma c’è davvero la guerra in Chiapas? Ma è così proprio in tutto in Messico?” aggiunto magari da un “E’ che io ci sono andato in vacanza e mi sembrava abbastanza tranquillo…”

C’è una tendenza diffusa a minimizzare la portata dell’orrore, della gestione metodica (da campo di sterminio, appunto), istituzionale, sociale e politica del “fenomeno narco”. Da un lato la superficialità dell’analisi del potere, riprodotta dai media mainstream, che al massimo sottolinea solo gli aspetti “folckoristici”, aneddotici e incluso “brillanti” (tipo il Chapo Guzman che apparve nella lista di milionari di Forbes) di molteplici “casi isolati”; e questa è quella che più diffusamente giunge in Europa, una scelta narrativa del potere per distrarre l’attenzione sulle specificità sistemiche del “problema”. Dall’altro lato c’è la normalizzazione che la stessa società fa (che facciamo anche noi che ne denunciamo la barbarie) per sopravvivere: si esce di casa, si va al lavoro o al supermercato, d’un tratto degli spari e… si aspetta, in un riparo improvvisato, che finisca la sparatoria e si riprende poi il tran-tran. O arriva un messaggio della figlia del vicino “scomparsa”, lo si legge con un sospiro, si diffonde nelle chat e si torna alle occupazioni quotidiane, magari sussurrando una preghiera e sperando sommessamente che non tocchi mai a una figlia propria, a un parente, a un amico del cuore. In Messico apparentemente la vita scorre regolare, i bambini vanno a scuola, ogni tanto le chiudono per qualche sparatoria, ma i bambini sanno – come in caso di terremoto – che si devono accovacciare sotto i tavoli o sdraiarsi al suolo, appunto, perché la balacera è vissuta come un’altra catastrofe naturale qualsiasi, interiorizzata e affrontata come tale. Tra la banalizzazione dei media e l’assuefazione alla violenza come istinto di massa di sopravvivenza si getta la polvere (dei corpi carbonizzati) sotto il tappeto della normalità. E così, nonostante certi momenti di indignazione, ribellione e forte protesta popolare (come le mobilitazioni del 2011 del Movimento per la Giustizia con Dignità, quelle del 2014/2015 per i 43 di Ayotzinapa, la creazione di gruppi di “autodifesa” soprattutto nei territori indigeni), siamo giunti a mezzo milione di persone assassinate, oltre 120.000 desaparecidos e alla scoperta dei centri di sterminio in questa grande fossa comune chiamata Messico.

La gravità dei crimini riscontrabili nel ranch di Teuchitlán, perquisito dalle forze dell’ordine nel 2017 e poi nel settembre del 2024 che “non avevano notato la presenza di forni e altri dettagli”, mette a nudo nuovamente la rete di complicità fitte fra il crimine e lo Stato messicano. La gestione di un centro di addestramento ed eliminazione fisica dei corpi a questo livello può funzionare solo d’accordo con il silenzio – e possibilmente l’appoggio diretto – delle istituzioni politiche e di procurazione della giustizia. Un genocidio, un crimine di lesa umanità veniva perpetrato alle porte dalla seconda città più importante del Messico, dove la gente veniva adescata nelle stazioni dei pullman, portata lì, vessata fisicamente e sessualmente, istigata a uccidere e – chi sopravviveva all’inferno – obbligata a farsi sicario, trasformarsi in macchina di morte per la produzione e l’accumulazione di ricchezza del CJNG. Tutte le altre persone torturate atrocemente e poi bruciate, spazzate via come immondizia. Fumo.

Le domande che ne seguono sono terribili: quanti altri centri di sterminio simili stanno funzionando e sono tollerati in altri posti del Messico? Fino a quando volteremo lo sguardo altrove, permettendo alle imprese, ai governi e al loro braccio armato di disporre così atrocemente dei nostri corpi, del nostro futuro? Fino a quando accetteremo di vivere con la paura e il terrore nell’anima?

E per chi vive dall’altra parte dell’oceano: Fino a quando le serie sul narco e il turismo inconsapevole frivolizzeranno le nostre conversazioni sul Messico?

Fino a quando penseremo che quelle “due strisce” date il sabato sera non ci fanno complici del lato più feroce del capitalismo?

Fino a quando resteremo indifferenti?

Fino a quando ci assolveremo?

Nodo Solidale

#NarcoEsDespojo #NarcoEsCapitalismo #NarcoEsElEstado

Le sfide della Solidarietà internazionale in Chiapas – 30 anni di BriCo

Condividiamo l’intervento del Nodo Solidale in occasione del dibattito “Sfide della Solidarietà Internazionale nel Chiapas” per celebrare il 30° anniversario delle Brigate di Osservazione Civile (BriCO).

Qui il link della registrazione integrale dell’iniziativa pubblica.

Le sfide della Solidarietà internazionale in Chiapas – 30 anni di BriCo

Compagn3, siamo felici di poter celebrare oggi il 30° anniversario delle Brigate Civili di Osservazione (BriCO), un progetto al quale molt3 di noi hanno partecipato in questi anni e che abbiamo accompagnato in modi diversi.
Per cominciare, vorremmo congratularci con tutt3 i/le compagn3 che hanno lavorato duramente affinché oggi potessimo essere qui a festeggiarle. 
 
Parleremo brevemente del nostro collettivo e di come intendiamo la solidarietà internazionale, che per molt3 di noi è diventata il fulcro principale della nostra lotta.

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Los retos de la solidaridad internacional en Chiapas – 30 años de BriCo

Compartimos la intervención del Nodo Solidario en ocasión del conversatorio “Retos de la Solidaridad Internacional en Chiapas” para el aniversario de 30 años de Brigadas Civiles de Observaciòn (BriCO).

Aqui el enlace de la grabación integral del conversatorio.

Los retos de la Solidaridad internacional en Chiapas – 30 años de BriCo

Traduzione in Italiano

Compañeros, compañeras, compañeres,

Estamos felices de poder hoy celebrar los 30 años de las Brigadas Civiles de Observación, un proyecto en que muches de nosotres hemos participado en esos años y que hemos estado acompañando de diferentes formas.

Para empezar, queremos felicitar a todes les compañeres que han estado trabajando duro para que hoy podamos estar aquí festejándolas.

Vamos a hablarles brevemente de nuestro colectivo y lo que para nosotres significa esto de la solidaridad internacional, que para muches de nosotres se ha convertido en el fulcro principal de
nuestra lucha.

El Nodo Solidale nació formalmente en mayo de 2007 y se autodenomina como un colectivo de militantes por la vida con un sueño revolucionario, sembrado en dos orillas del océano, una en
México y la otra en Italia. La idea principal es tejer redes entre las realidades rebeldes de ambas geografías.

Desde el inicio, el colectivo ha tenido esta característica de vivir y actuar políticamente en dos nodos locales: tener raíces en Italia, en los movimientos sociales y en las experiencias de autogestión desde abajo, y por otro lado, a través de un grupo de expatriados establecidos en México, algunos de los cuales llevan casi veinte años aquí.

La idea común y fundacional del colectivo es la voluntad de promover la autonomía y favorecer la autorganización popular a través de la práctica de la autogestión, es decir, construir apoyo mutuo, político y económico entre las organizaciones en lucha.

La contribución del Nodo al archipiélago global de las resistencias es, por lo tanto, la de tejer comunidades, a través de una militancia basada en vínculos de amistad política organizada. En la práctica organizativa del colectivo, tratamos de prolongar la amistad – terreno sólido de la confianza y la afinidad – en el campo político y hacer así que el acto de solidaridad sea un momento cómplice, convivencial pero organizado y, por lo tanto, reproducible. Tejer complicidad global entre las luchas, uniendo en el acto convivencial de la barricada, la cena popular, la manifestación, el campamento, el concierto, la brigada, el taller, un encuentro entre procesos que coinciden en la resistencia, tratando siempre de respetar los tiempos, los modos y los espacios decisionales de
cada une.

Han sido muchas las brigadas que en estos años hemos podido organizar, acompañar o en las que hemos participado. Para nosotres, las brigadas representan una herramienta, un puente para entrar en el mundo de nuestres compañeres, descubrir sus formas, maneras, estrategias y culturas que hacen rica y única su resistencia. Y desde allí, escuchamos, observamos y aprendemos. Diversos han sido los temas puestos en común a lo largo de los años, desde la  comunicaciónpopular hasta la construcción de hornos, desde la panadería comunitaria hasta la serigrafía, desde la autodefensa hasta el deporte, desde la autoformación política hasta la salud comunitaria.

En este caminar hemos intentado siempre mantener unas prácticas activamente anticoloniales, en un ejercicio activo de desmantelar el eurocentrismo, así como construir una postura horizontal, no
paternalista, y consciente de quiénes somos y de dónde venimos.

El Frayba siempre ha representado una referencia política y humana para nosotres, así como un acompañante en el caminar, un espacio seguro. Para muches de les que conformamos el colectivo, las Bricos han sido nuestra primera experiencia de acercamientos a las comunidades en resistencia. Para quienes llegan aquí como visitantes de corto y mediano plazo, las Bricos son una posibilidad construida desde abajo y desde la solidaridad para conocer un poco más, vivir en la piel, contribuir con un granito consciente de arena a la rebeldía y la resistencia, local y global. Representan una posibilidad de encontrar y conocer, desde abajo, a las comunidades indígenas, zapatistas y no zapatistas, que fortalecen su autonomía. Experimentar lo que es vivir con el otro, en un contexto diametralmente opuesto a nuestros contextos de origen, poniendo en práctica la solidaridad internacional en la defensa de los derechos humanos.

Con respecto a los retos y desafíos que existen en practicar la solidaridad activa en este momento en Chiapas, en colectivo hemos analizado que estamos en un contexto de reflujo de los
movimientos sociales en México y también en Europa, por lo cual muy poco las nuevas generaciones llegan a Chiapas en comparación a antes, por lo cual muchos espacios organizativos se han ido hacia adentro y hay menos espacios de articulación.

Sin duda, existe mayor dificultad en crear situaciones de intercambio debido al aumento del costo de la vida y al aumento de la violencia en muchos territorios de Chiapas.

El movimiento zapatista, principal referente para las luchas globales en Chiapas, ha estado desde hace años con una política de cierre de sus comunidades. Nosotros mismos hemos concluido nuestro proyecto de los hornos que era una manera para hacer circular la solidaridad. Así como nosotres, muches otres.

Estos cambios y nuevas condiciones han implicado tener que reinventar las formas y adaptarnos a un contexto diferente. Lo que hemos hecho aquí en Chiapas ha sido, por un lado, fortalecer
nuestro involucramiento en el territorio urbano y desde ahí seguir tejiendo redes de solidaridad. Por ejemplo con el GAP de Cuxtitali y promoviendo la hermandad con gimnasios populares en Italia,
generando una circulación de personas interesadas al deporte popular. También nos hemos concentrado en las redes de médicos solidario con el proyecto de la Casa de salud Comunitaria de
Cuxtitali.

Hemos activado y participado en comités de solidaridad con otras luchas y resistencias en otras partes del mundo (Kurdistán y Palestina).

Sobre todo, y es la razón principal por estar aquí el día de hoy, hemos seguido participando en la formación de los y las brigadistas del Frayba.

Porque las Bricos representan una posibilidad de ponerse en la alteridad desde la ternura de la complicidad global, desde la periferia de una capital del norte global hacia el mundo campesino de
Chiapas, ofreciendo la posibilidad de encontrarse y leerse en la misma lucha. Una fogata que une las barricadas de Roma y la resistencia pacífica de Las Abejas de Acteal. Una fogata que reúne
unos punkis de las periferias con el sonido de una marimba en resistencia. Una fogata que une las luchas, en sus diferencias de historia y geografía, pero desde el sabor del buen vivir,  reconociéndose en la misma resistencia a un sistema de opresión. Un aliento de esperanza.

GIUSTIZIA PER SAMIR FLORES SOBERANES! 6 ANNI DI IMPUNITÀ

Questo 20 febbraio si compiono 6 anni dal vile assassinio del nostro compagno Samir Flores Soberanes. Sei anni nella totale impunità di un governo che funge da mano armata per il grande capitale. Samir è stato ucciso da 4 colpi di pistola davanti a casa sua ad Amilcingo, nello stato messicano del Morelos, perché difendeva la terra dalla devastazione dei grandi progetti. I nomi di coloro che lo hanno assassinato non li conosciamo ancora, ma sappiamo bene a che interessi rispondevano.

Vi invitiamo questo 20 febbraio alle 12.00 di fronte all’ambasciata messicana a Roma (Via Lazzaro Spallanzani 16) per esigere, dopo sei anni, con la stessa forza, giustizia per Samir! Giustizia per chi difende la terra! Continua la lettura di GIUSTIZIA PER SAMIR FLORES SOBERANES! 6 ANNI DI IMPUNITÀ

Nieto 133- Identità rubate

Il collettivo Nodo Solidale:
A Cristina
A Flori
Alla grande famiglia che siete
Alla grande famiglia che siamo

Desaparecidos. Desaparecidas. Scomparsi.
Nell’Argentina della dittatura militare, tra il 1976 e il 1983, nel  cosiddetto Processo di Riorganizzazione Nazionale, 30.000 vite furono inghiottite dal buio. Studenti e studentesse, operai e operaie, sindacalisti, artisti, cineasti, teatranti, membri della Chiesa, maestri e maestre. Donne e uomini, perlopiù giovani, che agli occhi del potere erano, o potevano diventare, una minaccia al regime. Ribelli, insubordinati, dissidenti. Una generazione intera strappata via. Torturati con ferocia disumana. Corpi stuprati, massacrati, umiliati, annientati in maniera sistematica. Pochissimi sono sopravvissuti.

Donne incinte sequestrate nei centri di tortura, sottoposte alla stessa brutalità delle altre. I  figli, partoriti nell’orrore, venivano strappati dalle loro braccia, privati del loro nome, della loro storia, venduti o affidati a famiglie compiacenti, quasi sempre militari o collusi con il sistema criminale.

Le loro identità furono rubate e profanate. 30.000 uomini e donne, in quei sette anni, sono stati inghiottiti dall’acqua, dalla terra, dal fuoco. Scaraventati nell’oblio. I loro corpi spariti, ingurgitati dall’orrore fascista. Eppure le loro voci, i loro sogni, la loro lotta e le loro ragioni non sono mai stati davvero cancellati. Non sono riusciti  a “desaparecerlos”, a farli sparire del tutto. Mai. Las Madres, Las Abuelas y Los Hijos de Plaza de Mayo, insieme a molti altri, non hanno più smesso di combattere.
Hanno trasformato il dolore in resistenza, la memoria in uno strumento di giustizia, costruendo ponti tra passato e presente. Cercano, nominano, denunciano ancora. Gridano ancora. Perché dimenticare significa essere complici.

Chi non conosce questa storia, giovane o adulto, deve conoscerla. Chi l’ha dimenticata, se ne assuma la responsabilità. Non c’è giustizia senza memoria, non c’è futuro senza verità.

Come Nodo Solidale, piccolo collettivo con radici sia in Italia – terra d’origine di tanti migranti giunti in Argentina – sia in Messico – immensa fossa comune in cui all’oggi sono sprofondati nel nulla 115,000 desaparecid@s – sentiamo il dovere di contribuire a preservare e diffondere la memoria della dittatura argentina di quegli anni, degli orrori e le atrocità che ha provocato, così come di tutte le dittature e i fascismi, espliciti o mascherati, che hanno segnato la storia, ieri come oggi, in ogni angolo del mondo. La memoria non riguarda solo un passato lontano, ma é continua vigilanza contro ogni forma di oppressione, fascismo, violenza e negazione dei diritti umani, in qualsiasi contesto e in qualsiasi tempo. Perché solo attraverso la memoria, senza perdono per gli assassini né oblio per i loro complici, possiamo fare in modo che quel Nunca Más sia davvero definitivo.

Oggi vogliamo condividere la storia del NIETO 133, Daniel Santucho Navajas, figlio di Julio e Cristina, rubato alla madre, poi desaparecida, durante la sua prigionia. Dopo anni di lotte e speranze infrante, nel luglio del 2023, a questo nieto, a questo nipote – che ormai è un uomo – è stata restituita l’identità, e, con essa, una parte della vita che gli era stata sottratta. Il caso di Daniel è simbolo di tutte le storie di nietos e nietas rubati, ma anche di una speranza che non muore mai: che la verità e la giustizia possano prevalere, anche dopo decenni di silenzio e omertà. Questa restituzione di identità non è solo una vittoria personale, ma un atto di resistenza collettiva, che ci ricorda quanto sia fondamentale non arrendersi. Mancano ancora 300 nipoti delle Abuelas de Plaza de Mayo, strappati ai loro familiari dai militari, e potrebbero trovarsi ovunque, anche in Europa. La loro ricerca non è finita, la lotta, appunto, continua. Diffondi, condividi, e fai in modo che la memoria non svanisca.

Esistono numerosi testi, dossier, romanzi, film e altri contributi che raccontano la storia e le storie dei desaparecidos e delle desaparecidas durante la dittatura argentina. Questi racconti sono ancora lì, pronti a essere scoperti. È nostro dovere cercarli, ascoltarli e non dimenticare.

Qui i link ai materiali sulla storia del NIETO 133:

“Identidad robada” Breve documentario diretto da Rodrigo Vazquez-Salessi e Florencia Santucho sulla storia di Daniel. Prossimamente avrà anche i sottotitoli in italiano.
“I dubbi che Daniel Santucho Navajas aveva sulla sua identità sono finalmente venuti alla luce quando le Abuelas de Plaza de Mayo, che conservano le informazioni genetiche delle vittime della dittatura militare in Argentina, hanno trovato una corrispondenza di DNA per lui nel luglio del 2023. Riconnettendosi con la sua famiglia biologica, Daniel scopre la verità su ciò che gli è accaduto. Scopre di essere nato in un centro di detenzione e di essere stato adottato in segreto. Sua madre è ancora una delle migliaia di desaparecidos. Durante la sua ricerca della verità, si svela il programma sistematico di adozioni illegali e crimini commessi durante la dittatura militare dal 1976 al 1983”.
– In italiano il bellissimo Podcast di Claudia Gatti, Riccardo Cocozza e Florencia Santucho, NIETO 133 – Storia di una famiglia contro le dittature argentine.

“Questa è la saga di una famiglia militante che segna la storia dell’Argentina degli ultimi 70 anni, la famiglia Santucho, le dittature, la lotta armata, i desaparecidos, i mondiali del 76 e poi l’esilio, l’Italia e il Messico, e poi ancora la democrazia e i processi a metà, il PC e i centri sociali, e Genova, Maastricht e la Patagonia, fanno da sfondo a identità militanti che si muovono tra Italia e Argentina alla ricerca della verità e attanagliati da un dubbio. Dubbio che trova una risposta in un volto di 46 anni. È il 28 luglio 2023. Finalmente, una nuova identità militante, l’ultimo Santucho, emerge dal passato e si fa futuro. Questa è la storia di Daniel, Nieto 33.

Il link alla commovente conferenza stampa in cui la famiglia Santucho annuncia il ritrovamento di Daniel.
É importante chiamarlo nipote, anche se è figlio, fratello e padre perché come ricorda la presenza e le parole di  Estela Carlotto, rappresentante delle madri di Plaza de Mayo, lui è anche il nipote di Nelida Gomez Navaja. Nonna di Plaza de Mayo, Nelida è morta nel 2012 e non ha mai smesso di cercare suo nipote fino alla fine della sua vita.

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Para Cristina
Para Flori
A la gran familia que son
A la gran familia que somos

Desaparecidos. Desaparecidas.

En la Argentina de la dictadura militar, entre 1976 y 1983, durante el llamado Proceso de Reorganización Nacional, 30.000 vidas fueron tragadas por las tinieblas. Estudiantes, obreros y obreras, sindicalistas, artistas, miembros de la Iglesia, maestros y maestras. Mujeres y hombres, en su mayoría jóvenes, que a los ojos del poder eran, o podían llegar a ser, una amenaza para el régimen. Revolucionaries, rebeldes, insubordinados, disidentes. Toda una generación diezmada. Torturada con ferocidad inhumana. Cuerpos violados, masacrados, humillados, aniquilados sistemáticamente. Muy pocos sobrevivieron. Mujeres embarazadas apresadas en centros de tortura, sometidas a la misma brutalidad que las demás. Sus hijos, nacidos en el horror, fueron arrancados de sus brazos, privados de su nombre, de su historia, vendidos o entregados a familias complacientes, casi siempre militares o en connivencia con el sistema criminal.

Sus identidades fueron robadas y profanadas. 30.000 hombres y mujeres, en esos siete años, fueron tragados por el agua, la tierra, el fuego. Arrojados al olvido. Sus cuerpos desaparecieron, engullidos por el horror fascista. Sin embargo, sus voces, sus sueños, su lucha y sus razones nunca las pudieron borraron. No consiguieron «desaparecerlos». Nunca. Las Madres, Las Abuelas y Los Hijos de Plaza de Mayo, junto con muchos otros y otras, nunca han dejado de luchar.  Han transformado el dolor en resistencia, la memoria en instrumento de justicia, tejiendo puentes entre el pasado y el presente. Siguen buscando, siguen nombrando, siguen denunciando. Siguen gritando. Porque olvidar significa ser cómplice.

Los que no conocen esta historia, jóvenes o mayores, deben conocerla. Los que la han olvidado, que asuman su responsabilidad. No hay justicia sin memoria, no hay futuro sin verdad.

Como Nodo Solidale, un pequeño colectivo con raíces tanto en Italia – la tierra de origen de tantos migrantes que llegaron a Argentina – como en México – una inmensa fosa común en la que se cuentan 115,000 desaparecid@s – sentimos que es nuestro deber contribuir a preservar y difundir la memoria de la dictadura argentina de aquellos años, de los horrores y atrocidades que provocó, así como de todas las dictaduras y fascismos, explícitos o enmascarados, que han marcado la historia, ayer como hoy, en todos los rincones del mundo. La memoria no se refiere sólo al pasado lejano, sino que es una vigilancia continua contra todas las formas de opresión, fascismo, violencia y negación de los derechos humanos, en cualquier contexto y en cualquier momento. Porque sólo a través de la memoria, sin perdón para los asesinos ni olvido para sus cómplices, podremos conseguir que el Nunca Más sea realmente definitivo.

Hoy queremos compartir la historia de NIETO 133, Daniel Santucho Navajas, hijo de Julio y Cristina, robado a su madre, posteriormente desaparecida, durante su encarcelamiento. Tras años de lucha y esperanzas rotas, en julio de 2023, este nieto -que ahora es un hombre- recuperó su identidad y, con ella, una parte de la vida que le había sido arrebatada.

El caso de Daniel es simbólico de todas las historias de nietos y nietas robados, pero también de una esperanza que nunca muere: que la verdad y la justicia puedan prevalecer, incluso después de décadas de silencio y complicidad. Esta restitución de la identidad no es sólo una victoria personal, sino un acto de resistencia colectiva, que nos recuerda lo crucial que es no rendirse.

Todavía hay 300 nietos de las Abuelas de Plaza de Mayo desaparecidos, arrebatados a sus familias por los militares, y podrían estar en cualquier parte, incluso en Europa. Su búsqueda no ha terminado, la lucha, de hecho, continúa. Difunde, comparte y haz que la memoria no se desvanezca.

Existen numerosos textos, novelas, películas y otras aportaciones que relatan la historia y las historias de los desaparecidos y desaparecidas durante la dictadura argentina. Estas historias siguen ahí, listas para ser descubiertas. Es nuestro deber buscarlas, escucharlas y no olvidar.

Aquí siguen los enlaces a materiales sobre la historia del NIETO 133:

– “Identidad Robada” Breve documental dirigido por Rodrigo Vazquez-Salessi y Florencia Santucho sobre la historia de Daniel.
«Las dudas que Daniel Santucho Navajas tenía sobre su identidad finalmente salieron a la luz cuando las Abuelas de Plaza de Mayo, que almacenan la información genética de las víctimas de la dictadura militar en Argentina, encontraron una coincidencia de ADN para él en julio de 2023. Al reencontrarse con su familia biológica, Daniel descubre la verdad sobre lo que le ocurrió. Descubre que nació en un centro de detención y que fue adoptado en secreto. Su madre sigue siendo una de los miles de desaparecidos. Durante su búsqueda de la verdad, se revela el programa sistemático de adopciones ilegales y los crímenes cometidos durante la dictadura militar de 1976 a 1983».

https://www.instagram.com/reel/DCisRFKtCTI/?igsh=bHV0dDd2M2hmaDc2

-El enlace a la emotiva conferencia de prensa en la que la familia Santucho anunció el hallazgo de Daniel.
Es importante llamarlo nieto, aunque sea hijo, hermano y padre porque, como recuerda Estela Carlotto, representante de las Madres de Plaza de Mayo, también es nieto de Nélida Gómez Navaja. Abuela de Plaza de Mayo, Nélida murió en 2012 y nunca dejó de buscar a su nieto hasta el final de su vida.

En italiano, el hermoso Podcast de Claudia Gatti, Riccardo Cocozza y Florencia Santucho, NIETO 133 – Historia de una familia contra las dictaduras argentinas.

«Esta es la saga de una familia militante que marca la historia de Argentina en los últimos 70 años, la familia Santucho, las dictaduras, la lucha armada, los desaparecidos, el Mundial del 76 y luego el exilio, Italia y México, y luego otra vez la democracia y los juicios a medias, el PC y los centros sociales, y Génova, Maastricht y la Patagonia, forman el telar de fondo de identidades militantes que se mueven entre Italia y Argentina en busca de la verdad y atenazadas por una duda. Duda que encuentra respuesta en un rostro de 46 años. Es el 28 de julio de 2023. Finalmente, una nueva identidad militante, el último Santucho, emerge del pasado y se convierte en el futuro. Esta es la historia de Daniel, Nieto 133.»

 

Gli occhi di Renato

[Immagine di copertina: “Maternità ribelli e militanti: nella foto il Comitato Madri per Roma Città Aperta nella spiaggia di Focene, dove fu assassinato Renato Biagetti”]

Renato dov’è? 18 anni da quelle infami coltellate fasciste, dov’è Renato?

Nel buio globale dei tempi attuali, dove sembra che la luce sia solo quella nefasta e terrificante delle bombe in cielo e delle raffiche in terra, gli zapatisti e le zapatiste ci ricordano, dando l’esempio, di tenere sempre la fiammella della speranza accesa. Ci dicono di non farla morire, per non essere inghiottiti nell’oscurità più nera del capitalismo: la distruzione stessa della specie umana e del suo planeta. Dobbiamo sforzarci per mantenere viva la fiammella, prendersene cura, proteggerla e continuare a caminare collettivamente… Nei piccoli bagliori di questa minuscola luce tremula che siamo, rivediamo gli occhi di Renato e il suo sorriso immenso. Nell’indistruttibilità e irriducibilità delle piccole grandi lotte che anche Renato nutriva. Continua la lettura di Gli occhi di Renato

Le guerre del Capitale

Passano i mesi e, nonostante le mobilitazioni di massa in tutto il mondo, con milioni di persone che chiedono a gran voce un immediato cessate il fuoco, su Gaza continuano a piovere bombe. Venerdì scorso, più di 100 civili sono stati letteralmente fatti a pezzi mentre pregavano in una scuola nel quartiere di Al-Daraj. Un crimine in più tra i migliaia commessi dagli invasori dell’esercito israeliano, i quali stanno perpetrando sfacciatamente un infanticidio di massa e un genocidio davanti agli occhi di tutto il mondo. Là in alto, tra i potenti di tutti i paesi, non c’è nessuno che li fermi. Qui in basso continuiamo ad accumulare rabbia vedendo non solo lo sterminio di tanti fratelli e sorelle, ma anche come si riempiono le tasche dei fabbricanti di armi e dei loro soci, i politici di ogni bando.

Nel nord della Siria, a poche centinaia di chilometri dal massacro in corso in Palestina, lo Stato turco e le sue bande di mercenari hanno bombardato con obici i villaggi di Cat e Ewn Dadat, nel cantone di Manbij, nella notte di venerdì scorso. Allo stesso tempo, poco più a sud, circa 400 mercenari al soldo del regime siriano hanno attraversato il fiume Eufrate cercando di penetrare nel territorio dell’Amministrazione Autonoma del Nord-Est della Siria (AANES) e, di fronte alla resistenza delle Forze Democratiche Siriane (SDF), che sono riuscite a respingerli, hanno compiuto una rappresaglia bombardando i villaggi di Jadeed Bakara e al-Dahalah massacrando 13 civili, la maggior parte donne e bambini, tra cui un neonato di un anno e mezzo e un altro di 4 mesi. Qualè la colpa delle vittime? Vivere nel territorio autonomo e democratico dell’AANES, un laboratorio sociale nel pieno del Medio Oriente ispirato ai principi socialisti, ecologisti e femministi del movimento di liberazione del Kurdistan. Vale a dire, sia lo Stato turco, alleato degli Stati Uniti nella NATO, sia lo Stato siriano, alleato della Russia e dell’Iran, bombardano civili con il criminale desiderio di schiacciare uno dei più grandi esempi di autogestione popolare di questo secolo. Ed entrambi si servono delle feroci bande paramilitari islamiste, come ISIS e Al Nusra. Continua la lettura di Le guerre del Capitale