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Del método Yakarta al método Gaza

Proponemos el primero de dos artículos de la pagina web in italiano Il Rovescio como aportación al análisis de la feroz fase actual e histórica del capitalismo, entendido como un sistema de guerra perenne. El texto fue escrito para lectores italianos, hay algunas referencias especificas a la historia de este país, sin embargo sentimos que su lectura aporta mucho para una mirada critica internacionalista. Traducción de Nodo Solidale.

Del Método Yakarta al Método Gaza

En 2021 se publicó en Italia, traducido por Einaudi, un libro importante que, al menos en los círculos subversivos, pasó prácticamente desapercibido. Se trata de Il Metodo Giacarta. La cruzada anticomunista de Washington y el programa de asesinatos en masa que han moldeado nuestro presente. En este texto, el periodista californiano Vincent Bevins demuestra, de forma amplia y precisa, que el golpe de Estado llevado a cabo en Indonesia en 1965 con el apoyo Estados Unidos fue un episodio central de la Guerra Fría porque representó, precisamente, un método.

Leer el libro de Bevins mientras se está llevando a cabo el genocidio del pueblo palestino elimina toda distancia histórica de la lectura, lanzándonos al presente.

El método Yakarta

«Entre 1954 y 1990 surgió en todo el mundo una red informal de programas anticomunistas de exterminio apoyados por Estados Unidos que cometió asesinatos en masa en al menos veintitrés países. No hubo un plan general, ni una sala de control en la que se orquestara todo, pero creo que los programas de exterminio en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Corea del Sur, El Salvador, Filipinas, Guatemala, Honduras, Indonesia, Irak, México, Nicaragua, Paraguay, Sri Lanka, Sudán, Taiwán, Tailandia, Timor Oriental, Uruguay, Venezuela y Vietnam estaban relacionados entre sí y desempeñaron un papel crucial en la Guerra Fría. (Y no incluyo las intervenciones militares directas ni a los inocentes que perdieron la vida en la guerra como «daños colaterales»). Los hombres que ejecutaron intencionadamente a disidentes y civiles indefensos aprendían unos de otros; adoptaban métodos ya aplicados en otros países; a veces incluso llamaban a sus operaciones como otros programas que querían emular. He encontrado pruebas que vinculan indirectamente la metáfora «Yakarta», tomada del mayor y más importante de estos programas, con al menos once países (doce, si tenemos en cuenta Sri Lanka, donde el Gobierno aplicó lo que denominó «solución indonesia»). Pero incluso los regímenes que nunca se vieron influenciados por este lenguaje particular habían visto muy claramente lo que había hecho el ejército indonesio y el éxito y el prestigio que sus acciones habían aportado a su país en Occidente. Y aunque algunos de estos programas se llevaron a cabo de forma deficiente y arrasaron con espectadores inocentes que no representaban ninguna amenaza, en realidad lograron eliminar a los verdaderos opositores al proyecto global liderado por Estados Unidos. Una vez más, Indonesia es el ejemplo más importante. Sin el exterminio del PKI [Partido Comunista Indonesio], el país no habría pasado de Sukarno a Suharto. Incluso en los países donde el destino de los gobiernos no estaba en juego, los asesinatos en masa mostraban lo que le sucedería a quienes se resistieran: una forma eficaz de terror de Estado que también se aplicó en las regiones circundantes. [] Quiero afirmar que esta red informal de programas de exterminio, organizada y justificada por principios anticomunistas, desempeñó un papel muy importante en la victoria de los Estados Unidos y que esa violencia ha influido profundamente en el mundo en el que vivimos hoy».

Una eficacia despiadada

«Indonesia se convirtió realmente en un «socio dócil y complaciente» de Estados Unidos, lo que explica por qué hoy en día tantos estadounidenses apenas han oído hablar de ese país. Pero en aquella época las cosas eran muy diferentes. La aniquilación del tercer partido comunista del mundo y el surgimiento de una dictadura fanáticamente anticomunista sacudieron violentamente a Indonesia y provocaron un tsunami que llegó a casi todos los rincones del mundo. A largo plazo, la forma de la economía global cambió para siempre. Además, la magnitud de la victoria anticomunista y la despiadada eficacia del método empleado inspiraron programas de exterminio que tomaron el nombre de la capital indonesia.

En pocas palabras

«Además, todos hemos tenido el capitalismo americanocéntrico que quería Washington. Basta con mirar a nuestro alrededor», dijo señalando su ciudad y todo el archipiélago indonesio que lo rodeaba.

¿Cómo ganamos?, pregunté.

Winarso se detiene: «Nos mataron».

Las cifras de una masacre

Por sí solo, el mapa titulado «Los programas de exterminio anticomunista, 1945-2000» y publicado como apéndice del libro de Bevins cuenta una historia tan feroz que simplemente deja atónito lo poco presente que está en la conciencia colectiva. Estos son los lugares, las fechas y las cifras:

México 1965-1982: 1300

Honduras 1980-1993: 200

Nicaragua 1979-1989: 50 000

Guatemala 1954-1996: 200 000

Venezuela 1959-1970: 500-1500

El Salvador 1979-1992: 75 000

Colombia 1985-1995: 3000-5000

Países miembros de la Operación Cóndor (la alianza anticomunista entre Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay), años setenta y ochenta: 60 000-80 0000

Irak 1963 y 1978: 5000

Irán 1988: 9000 («el único caso en el que la violencia fue perpetrada por un adversario geopolítico de los Estados Unidos»)

Sudán 1971: algo menos de 100

Sri Lanka 1987-1990: 40 000-60 000

Tailandia 1973: 3000

Corea del Sur 1948-1950: 100 000-200 000

Taiwán 1947: 10 000

Filipinas 1972-1986: 3250

Vietnam, Operación Fénix 1968-1972: 50 000

Timor Oriental 1975-1999: 300 000

Indonesia 1965-1966: 1 000 000

«Yakarta está llegando»

O simplemente «YAKARTA» son las inscripciones que, en 1972, aparecen en varias ciudades de Chile y que los militantes de izquierda reciben por correo. Los responsables de la operación son el grupo fascista Patria y Libertad y la sección chilena de la organización anticomunista brasileña Tradición, Familia y Propiedad —base social del golpe militar de 1964 en Brasil—, ambas financiadas por la CIA. El 11 de septiembre de 1973 se produce el golpe de Estado. Cuando miles de «rojos» son reunidos en el Estadio Nacional para ser interrogados, torturados y asesinados, los que presiden las operaciones son consejeros militares brasileños. La DINA, la feroz policía secreta de Pinochet creada por la CIA, asesina en pocos días a tres mil opositores.

La violencia contra los indígenas y los disidentes en Guatemala fue promovida por la Mano Blanca (una organización racista y ferozmente anticomunista) con el apoyo de los Boinas Verdes estadounidenses. «Entre 1978 y 1983, el ejército guatemalteco asesinó a más de doscientas mil personas. Aproximadamente un tercio de ellas, sobre todo en las zonas urbanas, fueron secuestradas y «desaparecidas». La mayoría de las demás eran indígenas mayas masacrados al aire libre en los campos y montañas donde sus familias habían vivido durante generaciones». En 1982 fueron exterminadas aldeas enteras. «En Indonesia, el asesinato en masa puede que no haya sido genocidio, sino solo asesinato en masa anticomunista. En Guatemala fue un genocidio anticomunista».

En 1979, para acabar con el Nicaragua sandinista, Estados Unidos desplegó a los contras, fuerzas anticomunistas financiadas por la CIA y entrenadas por Argentina, Guatemala y Chile como continuación de la Operación Cóndor (con la que «el fanatismo anticomunista conquistó el continente» latinoamericano). En una reunión organizada por el embajador de Estados Unidos en España, los equipos especiales argentinos y guatemaltecos siguen hablando del «Plan Yakarta».

¿Por qué «Yakarta»?

Operación Aniquilación

Operasi Penumpasan. Así se llama la operación lanzada el 8 de octubre de 1965 por el ejército indonesio contra los comunistas. En unos seis meses, un millón de personas son exterminadas y otras tantas son encerradas en campos de concentración. Preparado por la CIA desde 1958 siguiendo el modelo del golpe de Estado en Guatemala, el golpe del general Suharto reproduce hasta el más mínimo detalle la forma en que se impuso la dictadura en Brasil el año anterior. La ideología es la proporcionada por la «teoría de la modernización», según la cual, en determinados contextos, es el ejército el que debe eliminar por la fuerza todo lo que se opone a la modernización capitalista de un país. Es el ejército modernizador guatemalteco el que, en 1954, permite, mediante un golpe de Estado, asegurar el control de la producción agrícola a la United Fruit Company. Lo mismo ocurrirá con la ITT en el Chile del general Pinochet, así como, en 1976, tras el golpe de Estado del general Videla, en Argentina, donde «la empresa automovilística Ford y el Citibank colaboraron en la desaparición de trabajadores pertenecientes al sindicato». Pero el modelo que sigue el general Suharto para «erradicar de raíz» la presencia comunista (hablamos, entre el PKI, el sindicato de trabajadores, el frente campesino, la organización estudiantil y el Gerwani, es decir, el movimiento de mujeres, de algo así como diez millones de personas) se inspira, en las técnicas de propaganda, en las experimentadas por la CIA en el golpe de Estado de Brasil de 1964. Se inventa un plan secreto comunista para atacar al ejército y tomar el poder, con brujas comunistas que castran a los oficiales mientras duermen y luego bailan desnudas alrededor de los cadáveres mutilados. Se erige un monumento a los militares golpistas asesinados por los comunistas, se producen películas para proyectar oficialmente cada año y se transforma el día de las fuerzas armadas en la celebración de la aniquilación de los enemigos de la nación. El ejército se convierte en el centro organizativo de la modernización.

«Un año después de un golpe de Estado en la nación más importante de América Latina, inspirado en parte por una leyenda sobre soldados comunistas que apuñalan a generales mientras duermen, el general Suharto le cuenta a la nación más importante del sudeste asiático que los comunistas y los soldados de izquierda se llevaron a los generales de sus casas en medio de la noche para matarlos lentamente a puñaladas, y luego ambas dictaduras militares anticomunistas, alineadas con Washington durante décadas, celebran el aniversario de estas rebeliones de manera muy similar». A partir de 1958, la Fundación Ford organiza viajes de estudio a Estados Unidos para jóvenes oficiales indonesios, que reciben formación, entre un curso sobre la economía estadounidense y veladas en locales de “table dance”, en las bases militares de Kansas.

¿Eran Brasil en 1964 e Indonesia en 1965 países al borde de la revolución? En absoluto. En el primer caso, algunas tímidas reformas que no gustaban a los terratenientes; en el segundo, un gobierno que, con el congreso de Bandung de 1955, se puso al frente de los países que acababan de salir del juego colonial o que tenían intención de hacerlo, un gobierno —el de Sukarno— apoyado por los nacionalistas, los islamistas e incluso por el PKI, partido cuya estrategia era totalmente socialdemócrata. Países que no estaban lo suficientemente alineados con Washington y su guerra contra el comunismo. Bevins sostiene que los golpes de Estado en Brasil e Indonesia, con su efecto dominó, fueron los acontecimientos decisivos de la Guerra Fría, que no se libró tanto y solo con misiles nucleares y napalm, sino con políticas de exterminio en las colonias o excolonias. Hasta tal punto que la victoria de Estados Unidos en Indonesia (y en Timor Oriental, donde Suharto asesinó a un tercio de la población) compensó la derrota en Vietnam.

La diferencia entre Brasil e Indonesia es que, cuando, una vez alcanzada la modernización, terminaron las respectivas dictaduras militares, en el país latinoamericano la «reconciliación nacional» tuvo que hacer frente a los asesinados y los desaparecidos, mientras que el exterminio indonesio fue simplemente borrado, con toda una población literalmente embrujada. Una militante nonagenaria, superviviente de la detención y la tortura, le cuenta a Bevins que para los habitantes del barrio en el que vive sigue siendo una bruja comunista.

Silencio

«El objetivo de la violencia era su silencio. Las fuerzas armadas no supervisaron el exterminio de todos y cada uno de los comunistas, presuntos comunistas o simpatizantes comunistas del país: habría sido casi imposible, dado que aproximadamente una cuarta parte del país tenía alguna afiliación con el PKI. Una vez que las masacres se generalizaron, se hizo extremadamente difícil encontrar a alguien que admitiera tener alguna relación con el PKI.

Alrededor del quince por ciento de las personas capturadas eran mujeres. Fueron sometidas a violencias particularmente crueles y de género que se derivaban directamente de la propaganda difundida por Suharto con la ayuda de Occidente. Sumiyati, miembro de Gerwani, escapó de la policía durante dos meses antes de entregarse. La obligaron a beber la orina de sus torturadores. A otras mujeres les cortaron los pechos o les mutilaron los genitales; las violaciones y la esclavitud sexual eran prácticas generalizadas.

Las listas de personas a eliminar no solo fueron facilitadas al ejército indonesio por funcionarios del Gobierno de los Estados Unidos: algunos directivos de plantaciones de propiedad estadounidense proporcionaron los nombres de sindicalistas y comunistas «incómodos» que luego fueron asesinados.

[…] Estados Unidos contribuyó a la operación en todas sus fases, desde mucho antes del inicio de las masacres hasta que cayó la última víctima y el último preso político salió de la cárcel, décadas después, torturado, marcado por las cicatrices y perdido».

El método Gaza

Tras la caída de la URSS, el concepto de «comunismo» fue sustituido por el de «terrorismo». En la cruzada mundial «antiterrorista» que se desplegó sobre todo a partir de 2001, Israel desempeñó, como era de esperar, un papel crucial. Si bien el concepto de «terrorismo» se remonta a Babeuf, el paradigma operativo del rebelde como «terrorista» es, de hecho, típicamente colonial. Y la historia nos enseña que todo lo que se experimenta en las colonias —desde los bombardeos aéreos sobre civiles hasta la detención administrativa, desde las técnicas de tortura hasta la arquitectura de la ocupación— tarde o temprano vuelve. Los primeros campos de concentración (en sentido literal: campos de concentración) fueron creados por España en Cuba en 1896, replicados en Filipinas (por España y posteriormente por Estados Unidos) y luego en Sudáfrica por el Imperio Británico, hasta convertirse en el emblema mismo del nazismo. Los métodos empleados en Argelia serán enseñados por la policía militar francesa a las policías militares y secretas de Brasil, Guatemala, Chile, Argentina… La represión «anticomunista» más feroz de América Latina tiene lugar allí donde el enemigo de la nación y el salvaje anticivil se confunden: en Guatemala. Al igual que en la eliminación histórica del exterminio en Indonesia y Timor Oriental (donde se elimina a un tercio de la población), pesa el hecho de que los asesinados no fueran blancos.

El espacio intermedio entre las colonias y el territorio nacional son las zonas fronterizas. No es casualidad que la violencia fascista, en Trieste y sus alrededores, afectara primero a las poblaciones eslavas y luego a los italianos «rojos», con métodos a medio camino entre la expedición punitiva y las técnicas militares de guerra, y creó al «eslavo-comunista» como enemigo nacional, versión blanca del indígena maya-comunista de Guatemala (donde las prácticas de exterminio llevadas a cabo por el ejército guatemalteco se realizaron con el entrenamiento y la supervisión del ejército israelí). Y no es casualidad que los primeros en experimentar en carne propia, en la Italia de los años sesenta, la tortura como método militar fueran los secesionistas tiroleses (al frente de las operaciones contra ellos encontramos a los mismos personajes de la Oficina de Asuntos Reservados que planificó la masacre de Piazza Fontana). Si la legislación italiana «antiterrorista», desde 1980 en adelante, ha sentado precedente a nivel internacional (anticipándose a la europea de los años 2000) y la prisión de guerra 41 bis es hoy estudiada por el Estado chileno, no debe sorprender que los más acérrimos defensores de Netanyahu (los demás lo apoyan con mayor discreción) sean los exponentes de esa derecha anticomunista y antisemita heredera de la Guardia de Hierro filonazi (Orban), del Método Yakarta y de la Operación Cóndor (Bolsonaro y Milei) y del ejército como baluarte contra los maricones y los rojos (Vannacci). O los afrikaners, cuya potencia tecnológica confiere a su supremacismo una dimensión incluso cósmica (pensemos en Elon Musk y Peter Thiel).

Pero también la izquierda institucional ha recogido la enseñanza del Método Giacarta (no en vano Berlinguer justificaba el «compromiso histórico» refiriéndose explícitamente al golpe de Estado de Pinochet, como antes Togliatti justificó el «giro de Salerno», operado en obediencia a Moscú, para evitar una «situación a la griega», es decir, el enfrentamiento con la CIA), alineándose activamente —con cuestionarios, denuncias a la policía, la «línea de firmeza» en el caso Moro— con la represión «antiterrorista», hasta el inmundo eslogan «el proletariado salvará al Estado».

Es el colonialista quien define quién es el indígena; es el inquisidor quien establece quién es la bruja; es el supremacista blanco quien establece quién es el negro; es el antisemita quien define quién es el judío; es el sionista quien establece quién es el antisemita; es el anticomunismo quien establece quién es el comunista; es el antiterrorismo quien establece quién es el terrorista. Preguntarse por la sustancia social, política u ontológica de estas categorías de parias no solo es engañoso, sino que implica deslizarse por el terreno del poder acusador, de su propaganda y de su guerra psicológica.

Mientras asistimos al declive del imperio estadounidense, con las declaraciones de Trump sobre la anexión de Canadá y la conquista de Groenlandia, con los buques nucleares estadounidenses desplegados en el Indo-Pacífico y frente a Venezuela, y con el Pentágono rebautizado sin rodeos como Departamento de Guerra, debemos comprender que Gaza no es un horror contra el que reclamar desde abajo el respeto del Derecho internacional o la democracia, sino un método que resume toda una historia de masacres y que sirve de advertencia para todos los palestinizables del mundo.

La orden ya se ha dado

«Nos inspiramos en la estrategia de Haussmann para el París del siglo XIX», se lee en el documento Gaza Reconstitution, Economic Acceleration and Transformation (GREAT). Como es sabido, el barón von Haussmann destruyó el antiguo París de callejuelas y calles estrechas (que facilitaban las barricadas y las insurrecciones) y lo reorganizó en amplios bulevares que facilitaban el paso de la caballería y el desplazamiento de las tropas por la zona urbana. Aún hoy, la arquitectura imperial es parte integrante de la contrainsurgencia, es decir, de la continuación del colonialismo en el espacio urbano. Sin destruir las calles, los túneles y la resistencia de Gaza, no se pueden construir los polos tecnológicos ni edificar, sobre decenas de miles de cadáveres, los hoteles de lujo. El terrorista, tanto en Palestina como en Occidente, es cualquier bárbaro que se oponga al destino manifiesto del imperio. El lenguaje cada vez más explícitamente religioso y «mesiánico» (mejor dicho, teocrático) nos informa de que cuanto más imposibles parecen los objetivos, más desmesurados y totales se vuelven los medios. Hoy en día, el Método Yakarta, dotado de todas las herramientas que el complejo científico-militar-industrial ha preparado entretanto, está encabezado por un promotor inmobiliario y respaldado por transhumanistas que disponen de todos los medios de poder para sus delirios. Lo más absurdo es explicarle al rey Ubu que es una locura pensar en deportar a dos millones de palestinos para construir una costa de lujo.

La solidaridad internacionalista con la resistencia palestina debe reforzarse con la conciencia de que algo similar ya ha ocurrido. Los hoteles y clubes de Bali, destino turístico y sexual de los blancos ricos de Occidente, se construyeron literalmente sobre la Operación Aniquilación (que solo en esa isla indonesia exterminó al cinco por ciento de la población, es decir, a ochenta mil personas). La arena sobre la que se construyeron los complejos turísticos y los clubes de playa donde «los blancos pueden permitirse comprar hospitalidad de lujo, o sexo, a la población local», es «la misma arena donde los militares llevaron a personas de Kerobokan, a pocos kilómetros al este, para matarlas durante la noche».

«Tenía que matar a los comunistas para que los inversores extranjeros pudieran traer aquí su capital», dice Ngurath Termana.

Que la revuelta que se está produciendo en Indonesia haga saltar por los aires esos complejos turísticos y la infame violencia sobre la que se construyeron.

Una creencia insostenible

En una entrevista concedida a «Jacobin Italia» poco después de la traducción al italiano de su libro, Bevins decía:

«No creo que esta historia haya terminado. Con el paso del tiempo, los temas de este libro han resultado ser más actuales de lo que me hubiera gustado, y el anticomunismo es un fantasma del pasado que puede resurgir en cualquier momento y con más fuerza aún. Aunque la hegemonía de Estados Unidos se ejerce a través de métodos diferentes y ha perdido poder frente a China, sigue siendo, con diferencia, el país más poderoso y no hay razones para creer que algo que ocurrió en el pasado no pueda repetirse. Es una especie de creencia automática que considero insostenible. Y puedo afirmarlo porque los chilenos y los indonesios pensaban exactamente lo mismo. Muchos de ellos me dijeron que si les hubiera preguntado un año antes de la masacre si era posible, habrían dicho que no. Por ejemplo, los chilenos pensaban: «No, vamos, estamos en los años setenta y no estamos en Guatemala o Indonesia, donde los generales matan a la gente». Bueno, yo creo que hay que estar siempre alerta, sobre todo porque el sistema económico global es el mismo que entonces.

Si hay un pueblo que sabe que debe esperar toda la violencia posible por parte del enemigo, ese es el palestino. Una violencia exterminadora que, a diferencia de la desplegada por la Operación Aniquilación, se transmite en directo a todo el mundo.

Somos nosotros quienes, ante el Plan Gaza, no debemos ceder ni a la incredulidad ni al horror desarmado.

Gaza è Rio de Janeiro. Gaza è il mondo intero.

Di Raúl Zibechi (traduzione Nodo Solidale)

Non ci sono parole sufficienti per descrivere l’orrore che ci provoca il massacro di oltre 130 giovani neri, poveri, uccisi dalla polizia di Rio de Janeiro, con la scusa di combattere il narcotraffico.

Si è trattato di un’operazione di guerra urbana in cui il governo dello Stato ha mobilitato 2.500 poliziotti in assetto da guerra, oltre a blindati ed elicotteri per attaccare i complessi delle favelas Penha e Alemao nella zona nord della città, un’area con un’alta concentrazione di popolazione povera. Si tratta di due complessi di favelas che superano i 150.000 abitanti, con un’enorme densità di popolazione.

Il governo di Rio ha dichiarato che ci sono stati 60 morti, ma la popolazione delle favelas ha portato nelle piazze più di 50 corpi che non figuravano nel conteggio ufficiale, lasciando il dubbio su quanti siano stati uccisi. Finora il numero supera i 120.

Le reazioni non si sono fatte attendere, dalle organizzazioni per i diritti umani alle Nazioni Unite, che si sono dette “inorridite” dal massacro. Al di là dei dati, ci sono fatti rilevanti.

Il genocidio palestinese a Gaza è lo specchio in cui devono guardarsi i popoli e le persone oppresse del mondo. Per chi sta in alto, si apre un periodo di caccia indiscriminata alla popolazione “in esubero”, perché hanno la garanzia dell’impunità. Ora più che mai, Gaza siamo tutti noi. Può essere Quito, San Salvador, Rosario o Tegucigalpa; il Cauca colombiano o Wall Mapu; la montagna di Guerrero o le comunità del Chiapas. Ora siamo tutti nel mirino di un capitalismo che uccide per accumulare sempre più rapidamente.

Dicono narcotrafficanti con la stessa indifferenza con cui dicono palestinesi, mapuche o maya. Sono solo scuse. Argomenti per le classi medie urbane. Ma la storia recente ci mostra che quello che stanno facendo è creare laboratori per il genocidio.

Nel tranquillo Ecuador, quando i popoli indigeni li hanno sconfitti nella rivolta del 2019, hanno reagito liberando i più feroci criminali nelle carceri trasformate in luoghi di sterminio, dove i media mostravano i detenuti che giocavano a calcio con la testa di un decapitato.

Nel Cauca, l’estrazione mineraria a cielo aperto e la coltivazione di droga hanno esacerbato la violenza paramilitare contro le comunità Nasa e Misak che resistono e non si arrendono, rendendo la regione la più violenta di un paese già di suo violento.

Nel territorio mapuche, sia in Cile che in Argentina, i poteri forti hanno deciso che coloro che non si arrendono devono essere definiti “terroristi”, con il risultato che oggi ci sono più prigionieri mapuche che sotto le dittature di Pinochet e Videla.

In Messico, tutto è chiaro, così chiaro che i media e i governi non vogliono farcelo vedere, mascherando la violenza con discorsi che ne sottolineano solo la complicità. La violenza sistematica in Guerrero e in Chiapas dovrebbe essere motivo di scandalo.

A Rio de Janeiro, un sociologo dice spesso che il narco non è uno Stato parallelo, ma lo Stato realmente esistente. Compresi tutti i governatori degli ultimi decenni, con il loro entourage di imprenditori mafiosi, deputati e consiglieri comunali che costituiscono un potere ereditato dagli squadroni della morte della dittatura militare.

Gaza ci pone in un altro luogo, di fronte ad altre sfide. La prima è comprendere che la morte è la ragion d’essere del sistema capitalista. La seconda è capire che questo sistema è composto dalla destra e dalla sinistra, dai conservatori e dai progressisti. La terza è che dobbiamo organizzarci per proteggerci da soli, perché nessuno lo farà per noi.

Il mondo che abbiamo conosciuto sta crollando. Piangiamo quei giovani uccisi a Rio, quei corpi distesi sull’asfalto.

Trasformiamo le nostre lacrime in fiumi di indignazione e in torrenti di ribellione.

Arar el Campo de la Esperanza

Recibimos, publicamos y compartimos estas reflexiones del compañero Vito, de Terra Insumisa (Sicilia, Italia), quien se encuentra ahora en la isla de Creta, como integrante de la Global Sumud Flotilla, arreglando los barcos que fueron atacados y dañados en alta mar por los drones israelíes.

Arar el Campo de la Esperanza: Un Grito Contra los Juegos de Poder, por la Vida (por Vito – Terra Insumisa)


Les escribo desde Creta, desde el puerto de Ierapetra, donde mis manos están ocupadas en reparar las embarcaciones golpeadas por los drones. Pero esto no es solo un relato de reparaciones. Es una restitución, un intento de dar sentido a la misión que estamos llevando a cabo, una misión que busca poner en navegación no solo embarcaciones, sino la vida y la esperanza mismas.

En este momento difícil, mientras palabras de desconfianza y traición intentan insidiosamente socavar nuestra determinación, es fundamental reafirmar quiénes somos. Estas manos y este corazón están con las personas en el mar, con las Flotillas por la Vida y contra la muerte. No somos políticos de sonrisas falsas, cuya política ya nos ha roto el alma demasiadas veces. Al contrario, nuestro punto de partida es otro: es un grito para romper el asedio.

Un grito de partida. Al principio no hay la palabra calculada, sino el grito. Un grito de tristeza, de horror, de rabia y de rechazo ante la mutilación de las vidas humanas perpetrada por el capitalismo. El pensamiento nace de la rabia, no de la pose de la razón. El grito contra todas las guerras capitalistas no es un simple eslogan, sino la articulación de un profundo disenso que nace de la experiencia. Vemos nuestras escuelas invadidas por soldados, nuestra tierra llenarse de F-35, los mismos aviones que siembran muerte en la tierra de nuestros hermanos y hermanas en Palestina. Vemos la política armando a los poderosos y llevando miseria a las niñas y niños hambrientos. Esta rabia no es un fenómeno aislado; es la conciencia de que el mundo es fundamentalmente erróneo, que estas injusticias no son casuales sino parte de un sistema.

Este grito, sin embargo, no es desesperación. Es un grito a dos dimensiones: la rabia que nace de la experiencia presente lleva consigo una esperanza, la proyección de una alteridad posible.
Es un rechazo a aceptar lo inaceptable: que la lógica de la muerte deba prevalecer, que los juegos de poder deben seguir envenenando las raíces de las misiones por la vida. Lo que enfrento, lo que enfrentamos no es simplemente un conflicto entre naciones o un acto de guerra aislado. Es una forma de violencia organizada, un conglomerado de intereses que involucra el aparato estatal, la iniciativa privada y las mafias criminales. Esta violencia es la expresión de un orden patriarcal y capitalista que se ha construido históricamente a través de la guerra, la apropiación de los cuerpos y la destrucción del territorio. Cuando vemos los ataques de los NarcoEstados o la lucha contra un genocidio, estamos asistiendo a las manifestaciones de este sistema global. En América Latina, en Palestina, como en otros lugares, el capitalismo está asumiendo un perfil cada vez más mafioso y criminal, donde las prácticas ilegales se convierten
en el núcleo de la acumulación.

Es por esto que la lógica de la política tradicional, la de los juegos de poder, resulta no solo ineficaz, sino tóxica. La idea de cambiar el mundo tomando el poder, conquistando el Estado, es un paradigma que ha dominado el pensamiento revolucionario durante más de un siglo, pero que ha demostrado su fracaso. El Estado no es un instrumento neutro que puede ser usado para el bien; está profundamente integrado en la red de relaciones sociales capitalistas. Intentar usar el Estado para cambiar la sociedad significa caer en la trampa de adoptar la lógica misma del poder que se quiere combatir. La lucha se pierde no cuando se es derrotado, sino cuando se adopta el lenguaje y los métodos del poder.
Nuestra misión, por lo tanto, se sitúa fuera de esta lógica. Nosotros, gente de la tierra, nos movemos no para conquistar el poder, sino por la vida que llevamos y por el pueblo que somos. El desafío revolucionario hoy es precisamente este: cambiar el mundo navegando.

Si la toma del poder no es el camino, ¿cuál es la alternativa? La respuesta se encuentra en las prácticas de los pueblos en movimiento, que crean otros mundos aquí y ahora. Nuestra acción, como la de los zapatistas en Chiapas o los movimientos indígenas en Bolivia, no está dirigida a un objetivo futuro, sino que es en sí misma la prefiguración de la sociedad por la que luchamos. La resistencia no es solo decir “no”, sino también construir, crear relaciones sociales diferentes alas capitalistas.

bandera zapatista

Las Flotillas por la Vida son una de estas grietas en el sistema. En un mundo dominado por la lógica de la muerte, la militarización y el lucro, una acción que lleva vida y esperanza es un acto de profunda subversión. Es la afirmación del “poder-hacer” (nuestra capacidad creativa y colectiva) contra el “poder-de-arriba” (la dominación y la opresión). Es un acto de dignidad: el rechazo a aceptar la humillación y la deshumanización, un rechazo que lleva consigo el proyecto de la humanidad que nos es negada. Esto también significa superar una visión que separa las luchas. La frase “si tocan la Flotilla se bloquea todo” es correcta, pero debe ampliarse: “si no imponen el embargo a Israel, si no detienen todas las guerras capitalistas, bloqueamos todo”. La rabia contra la militarización de nuestras vidas y de nuestro suelo es el surco a trazar para unirnos. La lucha por Palestina es la lucha contra la militarización de la tierra, contra la violencia de los NarcoEstados, contra toda forma de opresión capitalista.

Mientras espero volver a poner en el mar estas embarcaciones, la pregunta fundamental que me hago es si nuestro corazón está listo para luchar al lado de estos pueblos. Esta lucha no busca aplausos ni lugares cómodos. Es una práctica diaria de resistencia y creación, una acción que, al igual que la de los zapatistas, desarrolla economía, salud y educación dentro y para la resistencia misma. Reparar una embarcación se convierte así en un acto político, una forma de tejer relaciones de solidaridad, amor y comunidad frente a la reducción de cada relación a mercancía. Es la materialización de la esperanza no como un piadoso deseo, sino como una práctica concreta de liberación. Nuestra misión es un fragmento de ese otro mundo que estamos construyendo, un mundo basado en la dignidad y el respeto mutuo.

Nuestro grito contra todas las guerras capitalistas sigue resonando desde este puerto. Es un grito que une nuestra acción aquí, en Creta, con la resistencia en Palestina y la de todos los pueblos que luchan. Es la conciencia de que nuestra lucha es una sola, indivisible.
Porque hoy es Palestina, pero mañana seremos Nosotros y Nosotras.

Por la Flotilla Sumud, por la resistencia que somos (ESP)

Global sumud es la ruptura de los diques.

Las barreras ya no resisten: las diferentes interpretaciones de un conflicto secular se entrelazan y finalmente rompen el silencio. Es el jaque mate que le da un giro al juego: no necesitamos pedir permiso, ya hemos ido más allá.

La flotilla no es solo madera y velas: es un regalo, una declaración de pertenencia a una elección política justa y necesaria.

Ya estamos ganando.

Los verdugos de este genocidio nos han reconocido como enemigos, nos han identificado, amenazado y atacado. Pero la flotilla sigue ahí, en nuestro mar Mediterráneo, y nosotros, en tierra, somos cientos de miles gritando NO a un genocidio en directo.

Lxs migrantes muertxs son nuestros compañerxs invisibles y silenciosxs: sus cuerpos rechazados y abandonados en la más peligrosa de las travesías, sus nombres borrados por el olvido, olvidados por los poderosos pero vivos en la memoria de quienes los buscan, resuenan en cada ola. Son parte del mar que nos lleva y nos sostiene, son la mano plateada que atraviesa la noche.

Los trabajadores portuarios del Mediterráneo también forman parte del mar: manos y cuerpos que custodian y desafían las corrientes y que ahora bloquean, amenazan y mantienen bajo presión el corazón productivo de estas aguas.

Los barcos que navegan hacia Gaza, como los que permanecerán inmóviles, rechazados por los puertos si es necesario, se convierten así en banderas de rebelión, respuestas vivas a ese grito mudo, olas de valentía que desafían el silencio y llevan consigo la dignidad de quienes no se doblegan ni se rinden.

Sumud es permanecer, resistir, actuar ante la barbarie.

Es un gesto colectivo que derriba fronteras, una poesía escrita con agua salada y sudor, una promesa que no puede ser bombardeada, secuestrada, torturada…

Sumud es el hilo que nos mantiene unidos a través de mares y continentes. La certeza de que cada puerto negado genera mil otros atracaderos, que cada barco detenido multiplica el deseo de seguir navegando por las rutas de la justicia.

No es solo resistencia: es un ejercicio de futuro.

Es la certeza de que es la dignidad la que escribe la historia y que los pueblos que eligen resistir ya son libres, incluso antes de la victoria. Y cuando nuestros barcos surcan el mar, no solo transportan cuerpos: llevan otro mundo posible.

Un mundo que no conoce muros, ni asedios, ni silencios impuestos.

Este es el viento que nos impulsa.

Este es el mar que nos sostiene.

Este es nuestro jaque mate a la barbarie.

Y el nombre de todo esto es Sumud.

Buen viento, Flotilla.

PER LA SUMUD, PER LA RESISTENZA CHE SIAMO (ITA)

Global sumud è la rottura degli argini.

Le barriere non reggono più: le letture diverse di un conflitto secolare si intrecciano e frantumano finalmente il silenzio.
È lo scacco matto che ribalta la partita: non abbiamo bisogno di chiedere permesso, siamo già oltre.
La flotilla non è solo legno e vele: è un dono, una dichiarazione di appartenenza a una scelta politica giusta e necessaria.
Abbiamo già vinto.
I carnefici di questo genocidio ci hanno riconosciuto come un nemico, identificato, minacciato, attaccato.
Ma la flotilla è ancora lì nel nostro Mediterraneo e noi a terra siamo centinaia di migliaia, gridando NO a un genocidio in diretta.

I migrantx mortx sono i nostri compagnx invisibili e silenziosi: i loro corpi respinti e abbandonati nella più pericolosa delle traversate, i loro nomi cancellati dall’oblio, dimenticati dai potenti ma vivi nella memoria di chi li cerca, risuonano in ogni onda. Sono parte del mare che ci porta e ci sostiene, della mano argentata che attraversa la notte.

I lavoratori portuali del Mediterraneo sono anch’essi parte del mare: mani e corpi che custodiscono e sfidano le correnti e che ora bloccano, minacciano, tengono sotto pressione il cuore produttivo di queste acque.

Le barche che navigano verso Gaza, come quelle che resteranno ferme, respinte dai porti se necessario, diventano quindi bandiere di ribellione, risposte viventi a quel grido muto, onde di coraggio che sfidano il silenzio e portano con sé la dignità di chi non si piega e non si arrende.

Sumud è restare, resistere, agire davanti alla barbarie.
È un gesto collettivo che abbatte le frontiere, una poesia scritta con acqua salata e sudore, una promessa che non può essere bombardata, sequestrata, torturata…
Sumud è il filo che ci tiene unitx attraverso mari e continenti.
La certezza che ogni porto negato genera mille altri approdi, che ogni nave fermata moltiplica il desiderio di navigare ancora sulla rotta della giustizia.
Non è solo resistenza: è un esercizio di futuro.
È la certezza che è la dignità che scrive la storia e che i popoli che scelgono di resistere sono già liberi, anche prima della vittoria.
E quando le nostre barche solcano il mare, non trasportano solo corpi: portano un mondo possibile.
Un mondo che non conosce muri, né assedi, né silenzi imposti.

Questo è il vento che ci spinge.
Questo è il mare che ci sostiene.
Questo è il nostro scacco matto alla barbarie.

E il nome di tutto questo è Sumud.
Buon vento.

Sudán, ¿por dónde empezar?

Texto de un compañero del Nodo Solidale, viviendo en Sudán, publicado en la revista digital Desinformemonos el 9 de septiembre de 2025.

¿Por dónde empezar? Por un relato. Quizás una reflexión que permita mirar el horror que se oculta en la arena sudanesa. Mirar de reojo nada más: porque, por más cerca que esté, no logro clavar la mirada.

Puedo dejar que el calor, el polvo y la muerte se me peguen a la piel desnuda, pero no que la atraviesen. Porque este es el relato de una catástrofe demasiado antigua, demasiado actual. Una historia de acuerdos que se rompen antes de firmarse, de lazos de hermandad quebrados en nombre del oro, del dominio, del poder.

Una historia que, mis queridos compañeros, resuena en la tierra martirizada de Chiapas.

Aquí como allá, la bestia que llaman crisis acostumbra ocultarse detrás de siglas y nombres. RSF. SAF. Zamzam. CH-95. El Fasher. Shell termobárica.

Aquí como allá, nombres evocados por reporteros se hacen carne y presencia, arrastran muerte, hambruna y catástrofe.

Aquí como allá,

la Hidra.

Kandakes

Kandake: título real utilizado en el antiguo reino de Kush para designar a una reina guerrera, evocada en contextos contemporáneos como símbolo de resistencia, fuerza y autoridad de las mujeres.

Sudán, 8 de abril de 2019

El régimen de Omar al-Bashir, en el poder desde hace 30 años, tambalea.

Después de años de represión y crisis económica, el pueblo estalla: tras el aumento del precio del pan, miles de sudaneses inundan las calles, en Atbara, Ghedaref, hasta Jartum.

En la capital, las manifestaciones se hacen masivas, todas están encabezadas por mujeres. Entre las barricadas y el humo de las llantas, el 70% de los manifestantes son estudiantas, madres, maestras, doctoras, vendedoras ambulantes.

Ante el patriarcado, la brutalidad de su ley moral, los latigazos, la mutilación genital y la segregación, Alaa Salah, 23 años, se hace vocera de la lucha. La Kandakeenciende a la multitud y desgarra el miedo.

“Las balas no matan, lo que nos mata es el silencio.”

Lejos de ser un símbolo, Alaa Salah es parte de un proceso colectivo que viene en camino desde hace años: las mujeres de Sudán ya han encabezado las revueltas en la historia reciente del país, en 1964 y 1985, y fueron protagonistas en la lucha por la igualdad y los derechos en los años 70, ahora se constituyen en la MANSAM, una plataforma que reúne mujeres de sindicatos y asociaciones civiles.

Exigen participación política, igualdad, una vida digna.

Tras 30 años de opresión genocida, el régimen cae. Las mujeres entran en la asamblea que deberá guiar la transición democrática.

Arde la esperanza.

Drones y janjawid

Janjawid: demonios a caballo. Milicias armadas árabes activas principalmente en Darfur, responsables de masacres, violaciones y saqueos .

Jartum, 25 de octubre de 2021

El general Abdel Fattah al-Burhan, comandante de las Fuerzas Armadas Sudanesas (SAF) e integrante de la asamblea para la transición democrática, declara el estado de emergencia y disuelve la asamblea.

Teme la exclusión del ejército en la gestión del Estado y la intolerancia de la sociedad civil hacia su rol.

Lo hace con el apoyo de Hamdan Dagalo (Hemedti), jefe de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), un cuerpo especial integrado por los janjawid, paramilitares de origen árabe ya tristemente famosos por el conflicto en Darfur.

Tras dos años de gobierno militar, la cohabitación entre al-Burhan y Hemedti se quiebra: el general no ve con buenos ojos el poder político-militar de RSF – tropas bien armadas y adiestradas, todas de etnia árabe – y quiere incorporarlas al ejército regular.

Esa propuesta es inaceptable para Hemedti, pues implicaría el fin de su poder, particularmente arraigado en Darfur, la zona más fértil y rica en minas de oro de Sudán.

El 15 de abril de 2023, en pleno Ramadán, estalla la guerra civil en Jartum.

No hay un frente, pues ambas fuerzas están desplegadas en todo el país. Comienza una guerra asimétrica, donde los equilibrios cambian rápidamente. La guerra estalla en las ciudades, los territorios urbanos se enfrentan calle por calle. La catástrofe para los civiles no tiene salida.

Clanes y familias se parten: de repente, el hermano puede ser enemigo, puede estar con RSF o con SAF. Miles mueren. La cuenta más cara la pagan las mujeres: el precio de la rebeldía es la violación en masa, la deportación, la esclavitud sexual.

En un latido, el poder ha borrado años de lucha.

Después de los primeros meses, aunque no hayan frentes fijos el mapa del paìs esta partido en dos: SAF – es decir, el Estado o lo que queda de él – pierde el control de Jartum y se establece en el oriente del país, moviendo la capital a Puerto Sudán, en el mar Rojo, único punto de entrada y salida del país tras la destrucción del aeropuerto de Jartum.

Aunque pierde la capital, SAF mantiene la supremacía aérea gracias al uso indiscriminado de drones que llegan del extranjero, principalmente de Turquía e Irán.

RSF se establece en Jartum y mantiene un control radical, sobre todo en Darfur, verdadero centro de su poder económico militar.

Por casi dos años no hay cambios significativos en la línea del frente, aunque SAF avanza lenta pero inexorablemente hacia Jartum, donde entrará en mayo de 2025.

La guerra no termina. RSF se retira a Darfur y crea un Estado paralelo, que amenaza con partir en dos a Sudán.

Hoy, 4 de septiembre de 2025, la guerra civil ha agotado los recursos humanos y económicos del país. Sudán sufre la peor carestía que la humanidad ha conocido desde las guerras mundiales. Una persona de cada cinco está desplazada, no posee nada más que lo que lleva puesto y no tiene dónde ir.

El precio de la comida rebasa los precios europeos. El fantasma del hambre está en la puerta.

Ambos bandos han cometido atrocidades innombrables: bombardeos de mercados y civiles, reclutamiento de niños soldados, saqueo y destrucción.

Es imposible contar cuántas mujeres han sido secuestradas, violadas, esclavizadas.

En las zonas occidentales del país, la violación se ha vuelto práctica común, en el intento de forzar la sustitución étnica.

As-ṣalātu khayrun min an-nawm.Rezar es mejor que dormir

Ṣalāt al-fajr: la oración del alba, primera de las cinco oraciones diarias prescritas. Se realiza poco antes del amanecer; es signo de vigilancia y devoción.

Puerto Sudán, una mañana de mayo, 4 a.m.

El llamado del muecín me despierta como siempre – pues supongo que para eso sirve. Suelo contestarle con un rencoroso “mierda”, pero hoy no.

Los drones han caído toda la noche sobre la ciudad, y me alegra escuchar su rezo. Sé que con el amanecer parará el bombardeo.

Otro día empieza, las columnas de humo son los únicos testigos de los drones.

En el desayuno, ninguno de mis colegas dice nada. Ya lo tenemos normalizado.

Los drones, la nueva arma de RSF, despegan desde Somaliland y llegan aquí, a Puerto Sudán, golpeando depósitos militares, instalaciones del gobierno, almacenes de gasolina, el aeropuerto.

De vez en cuando, la contraofensiva aérea de SAF acierta y se ve un estallido rojizo en el cielo nocturno.

Los drones de RSF, la defensa aérea de SAF.

No.

Los drones de Emiratos Arabes Unidos, la defensa aérea de Rusia y China.

¿Qué hay en Sudán más allá de polvo y desierto?

Sudán y la geopolítica del colapso

Colapso: Una disminución drástica de la población humana y/o de la complejidad política, económica y social, en una amplia región geográfica y durante un período prolongado.

Planeta Tierra, justo ahora

La guerra en Sudán no es un conflicto local. El desierto del Sahel y Sudán en particular se han convertido en un campo de batalla donde chocan intereses globales, una manifestación más de la guerra de desgaste integral que ya no se libra entre bloques ideológicos, sino entre corporaciones transnacionales, estados fallidos, milicias privadas y superpotencias en disputa por recursos y rutas.

Sudán es mucho más que arena. Bajo su superficie hay minas de oro controladas por grupos armados, tierras fértiles capaces de alimentar millones, yacimientos de uranio aún no explotados, y un acceso geoestratégico al Mar Rojo, por donde circula más del 12% del comercio marítimo global.

Quien controle Sudán, controla una porción del mundo que viene.

RSF recibe financiamiento directo de Emiratos Árabes Unidos, armas y drones a través de Somaliland, y apoyo logístico de redes transnacionales vinculadas al comercio ilegal de oro. SAF, por su parte, está respaldada por Rusia, que busca acceso al Mar Rojo para su flota militar.

Técnicos rusos asesoran la defensa aérea en Port Sudán, y aunque Wagner ya no existe oficialmente, sigue operando bajo otros nombres, con contratos mineros y presencia mercenaria. El 87% del armamento que utiliza SAF proviene de Rusia, lo que convierte al Kremlin en su principal proveedor de guerra.

Al interés de la industria de guerra se suma el valor de Sudán en cuanto nudo estratégico. China protege sus propios intereses logísticos: controla refinerías, participa en la extracción minera, desarrolla infraestructuras clave – como el ferrocarril, el puerto, las represas – y no quiere perder su inversión. Port Sudán y el Mar Rojo también le importan: un Sudán funcional es una pieza vital para el buen éxito de la Nueva Ruta de la Seda. China asesora la estabilidad de Sudán por puro cálculo comercial. Egipto, por otro lado, respalda a SAF por miedo: teme un Sudán roto y radicalizado. La presa del Nilo Azul está río abajo y El Cairo no puede arriesgarse a perder el agua que alimenta su subsistencia.

Lo que se libra en Sudán es una guerra por encargo, un despojo sin nombre oficial ni invasiones abiertas. Una guerra donde las grandes potencias externalizan la violencia: entrenan, financian, arman, saquean, y luego se retiran. La guerra civil en Sudán, como toda guerra, no es local. Es una más entre las muchas cabezas de la Hidra, otro despiadado intento de aplastar los pueblos, la memoria, la vida.

Aquí como allá, nos queda estar de pie.

Impedir que la memoria se pierda entre el viento y las arenas. Impedir que las mentiras oculten los rostros, las voces, los silencios y la verdad.

De aquí voy a empezar.

Giornate di lotta globali per Samir Flores

 

Video della giornata di lotta tratto da La Jornada

Il 20 Febbraio decorrevano 6 anni dall’assassinio di Samir Flores Soberanes.
Compagno instancabile nelle lotte territoriali ed ambientali contro la devastazione ambientale del Proyecto Integral Morelos.
Per approfondire clicca qui

Il 20 siamo stati sotto l’ambasciata messicana a Roma con il busto di Samir, mentre altri busti bloccavano la strada per cholula, venivano esposti a Parigi, a San Francisco, mentre si svolgevano azioni di protesta in moltissime città messicane.
Migliaia di Zapatisti si mobilitavano nei Caracol per ricordare Samir e per rivendicare giustizia

   

Nei link i racconti delle giornate di lotta su Radio Onda d’Urto e su Radio Onda Rossa

L’omicidio ancora è impune, ma si alza in tutto il globo un grido.
JUSTICIA PARA SAMIR FLORES SOBERANES.

Riportiamo la traduzione del comunicato del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua Morelos, Puebla, Tlaxcala e Congreso Nacional Indígena.

Comunicato a 6 anni dall’assassinio di Samir Flores Soberanes, impunità e imposizioni regnano nel narcostato messicano. 

Questo 20 febbraio ricorrono 6 anni dall’assassinio del nostro fratello Samir Flores Soberanes, 6 anni dall’esplosione di un ennesimo proiettile contro la forza della ribellione e dell’autonomia. Non sono poche le pallottole vigliacche esplose e dirette contro la lotta per la vita che si solleva con dignità in migliaia di luoghi del pianeta terra, e quando una pallottola tocca un compagno come Samir, la morte diventa un seme, un esempio, memoria degna, ed è da lì che inizia a fiorire la giustizia dal basso, per il nostro compagno.

Perché di fronte alla tormenta, l’organizzazione, il fiore, il canto e la memoria saranno la nostra nave guida per ottenere giustizia collettiva per il nostro fratello Samir Flores Soberanes e la lotta per la vita. 

Quest’anno segna 13 anni di imposizioni per mettere in funzione il Progetto Integrale Morelos (PIM), 6 anni dal sanguinoso tradimento di López Obrador e della 4T nei confronti dei popoli originari del Messico e del vulcano Popocatépetl, 6 anni da quel 10 febbraio in cui Samir, insieme ai rappresentanti di decine di popoli colpiti dal PIM, hanno assistito al cambio di idea del Presidente che in campagna elettorale si era pronunciato contro il PIM e da quando è arrivato al potere lo ha sostenuto. Samir e il popolo hanno gridato a Obrador: “Acqua sì, termoelettrica no! Vita sì, gasdotto no! Esigiamo che tu mantenga la parola data e l’annullamento del PIM!”

López Obrador li ha additati in maniera furiosa: “che gridino pure, che gridino pure e che sventolino cappelli”, “radicali di sinistra, per me non sono altro che conservatori”, “ sono quelli che non votano e se lo sono già dimenticato, che invitano alla radicalità, e che non votando si comportano da conservatori”. Non sapevamo che quel giorno avrebbero lanciato il grido di battaglia, la condanna a morte del nostro compagno Samir, assassinato 10 giorni dopo. 

Il Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua ha denunciato la rete di potere e le relazioni che esistono tra gli autori intellettuali e materiali dell’omicidio di Samir, dove Obrador ha lanciato dall’alto i suo grido di battaglia, affinchè il superdelegato federale Hugo Erik Flores (avvocato degli assassini di Acteal e leader del PES) lo mettesse in atto, insieme agli impegni presi dall’ex governatore di Morelos Cuauhtémoc Blanco con il Cartel Jalisco Nuova Generacion “in cambio della pacificazione”, ordinando al gruppo criminale “Los Aparicio” di giustiziare Samir. 

Hugo Erik Flores è stato l’inviato di Obrador per gestire la consultazione sul PIM a Morelos e Samir lo ha fronteggiato, smascherando le sue menzogne davanti a centinaia di persone che hanno partecipato al forum del governo federale a Jonacatepec il 19 febbraio 2019, strappando applausi al pubblico. 

Da Radio Amiltzinko, Samir informava la zona orientale di Morelos e parte di Puebla sulle conseguenze del PIM e del tradimento di Obrador, che nel 2014 aveva detto: “Non vogliamo un gasdotto a Morelos, installare una centrale termoelettrica nella terra di Zapata è come installare una discarica a Gerusalemme, cosa succede a questi, sono dei pazzi”, parole più, parole meno. La sua voce amplificata contro il PIM e la sua coerenza sono costate la vita a Samir.  

Perché Samir? Perché ha commesso il peccato più grande che il potere non può tollerare: continuare a lottare quando le condizioni sembrano perse e risalire… costruire autonomia, continuare a lottare… La costruzione del gasdotto è stata imposta ad Amilcingo nel 2014 con la forza pubblica e gli spari sulla popolazione, 5 sono stati i feriti della comunità a causa dei proiettili e decine di poliziotti sono stati feriti dalle ondate di pietre lanciate dalla comunità. La popolazione si è difesa con ogni mezzo, ma il potere del governo-capitale era troppo grande di fronte a una sola comunità e sono riusciti ad interrare il gasdotto. Ma il popolo non è rimasto fermo, né sconfitto, anzi, si è svegliato di più, ha continuato a lottare, a festeggiare e a ribellarsi, a costruire altre radio, salute comunitaria, solidarietà, il governo basato si usos y costumbres, la difesa dei propri spazi educativi e la promozione di nuovi spazi educativi, come l’ultima richiesta che Samir ha lasciato in sospeso ad Amilcingo, (oltre alla cancellazione del PIM), una scuola preparatoria per la comunità. 

La violenza, l’illegalità, il razzismo e l’arbitrarietà con cui è stato imposto il Progetto Integrale Morelos hanno raggiunto la Commissione Interamericana per i Diritti Umani (CIDH), per cui nei prossimi mesi i popoli del vulcano e lo Stato messicano consegneranno alla CIDH le prove e le argomentazioni sulla problematica installazione del PIM in una zona a rischio eruttivo e senza il consenso dei popoli. Chiediamo giustizia per Samir e per i popoli del vulcano Popocatépetl!

In Messico viviamo praticamente in una situazione di guerra, centinaia di comunità e città sono sottomesse a un narco-stato che sta sfollando i nostri popoli, instillando terrore e disorganizzazione. Si uccidono e si fanno scomparire i giornalisti e le persone che difendono la madre terra e i diritti umani, oltre a migliaia di sorelle e fratelli del paese vittime del crimine organizzato e dal malgoverno. Si, c’è un narco-stato, Samir ne è la prova, l’omicidio di un difensore della terra da parte del narco-stato è un favore al capitalismo gringo, europeo e transnazionale a cui il PIM porta benefici.

Claudia Sheinbaum dice che non esiste un narcogoverno in Messico, ma la rete criminale dietro l’omicidio di Samir afferma il contrario, vediamo che al comando dei munici di questo narcogoverno ci sono gruppi criminali, che i comandi intermedi (governi statali) sono plurisegnalati nelle narcomantas e sono traditi dale loro foto con i leader dei cartelli della droga, Cuauhtémoc Blanco, ex governatore di Morelos e Hugo Erik Flores, ex superdelegato federale a Morelos inviato da López Obrador, ne sono un esempio così come centinaia di politici nel Paese, deputati, deputate, senatori, a tutti i livelli di governo, nei 3 poteri del Paese, c’è il narco-stato. Sorelle e fratelli ci chiediamo: che cosa faremo? Non ci resta che rispondere organizzandoci, immaginando, creando legami, senza lasciarci.  

Esigiamo progressi nelle indagini, nel processo, nella cattura e nella punizione degli assassini materiali e intellettuali di Samir e, soprattutto, CHIEDIAMO: 

  1. Lo smantellamento e la cattura del gruppo criminale “Los Aparicio” e punizioni per la loro partecipazione all’omicidio di Samir;
  2. Indagini, azioni penali e punizioni per gli autori intellettuali dell’omicidio di Samir, come Hugo Erik Flores, Cuauhtémoc Blanco e Andrés Manuel López Obrador; 
  3. La cancellazione del Progetto Integrale Morelos. 

Noi siamo la dignità ribelle, il cuore dimenticato della terra.

Samir vive, la lotta continua! Acqua sì, termoelettrica no! Stop alla guerra alle comunità zapatiste! Stop al genocidio e allo sfollamento della Palestina! Morte al narco-stato e al malgoverno! Morte al capitalismo, viva la vita! Viva i popoli del Messico e del mondo! 

Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua Morelos, Puebla, Tlaxcala – Congreso Nacional Indígena

 

Fai click qui per  i video della mobilitazione delle basi d’appoggio zapatiste in memoria di Samir Flores Soberanes

Di seguito alcune delle immagini delle differenti azioni svolte nel mondo a 6 anni dall’assassinio di Samir

       

Honduras: el Estado contra ellas

da Radio BlackOut

HONDURAS: EL ESTADO CONTRA ELLAS

CARCERE, MILITARIZZAZIONE E IMPUNITÀ NELLO STATO D’ECCEZIONE

Il 20 giugno 2023 ci fu un massacro nell’allora unico centro penitenziario femminile dell’Honduras, il PNFAS (Penitenciaría Nacional Femenina de Adaptación Social). 46 donne detenute con accuse relative all’affiliazione alla Mara Salvatrucha, la MS-13, furono brutalmente assassinate da altre donne appartenenti alla Pandilla Barrio 18. Le maras e le pandillas rappresentano il fenomeno predominante della criminalità organizzata in Centro America.
Quella del giugno 2023 è stata la più grande strage mai avvenuta in una prigione femminile nel Paese. Diverse denunce delle sopravvissute indicano che si sarebbe potuta evitare: molte detenute avevano segnalato ripetuti episodi di minacce e avevano chiesto di essere trasferite in altre strutture. Le armi utilizzate nel massacro sembrano provenire dalle forze di polizia, che in quel periodo gestivano la struttura carceraria, così come riportato nel documentario El País Carcel, frutto del lavoro d’inchiesta delle giornaliste di Contracorriente. Perché si è permesso che un simile massacro avvenisse? È la domanda che guida l’inchiesta e il documentario. L’Honduras già all’epoca si trovava in stato d’eccezione, emanato nel novembre 2022 per la lotta a maras e pandillas, e in particolare alle estorsioni. Con lo stato d’eccezione, ancora oggi in vigore, le forze di polizia e i militari hanno ottenuto ampi poteri per compiere arresti senza necessità di mandato, controllare i movimenti delle persone e intervenire con maggiore forza nelle aree sotto il loro controllo.
Dopo il massacro, la gestione delle carceri è stata affidata nuovamente ai militari. Nel frattempo il governo ha avviato una campagna mediatica con la promessa della costruzione di un megacarcere sull’isola del Cisne, nel nord del Paese. Questa appare più che altro come una mossa propagandistica, quello che potremmo definire populismo penale, nel solco della straordinaria popolarità di cui gode Nayib Bukele, attuale presidente del Salvador, dopo aver adottato politiche di tolleranza zero per la lotta a maras e pandillas. Negli ultimi 3 anni nel Salvador sono state arrestate oltre 80 mila persone, giovani e giovanissimi accusati di essere affiliati alle bande. Hanno fatto il giro del mondo le foto dei trasferimenti al CECOT (Centro de Confinamiento del Terrorismo), mega-carcere destinato a ospitare più di 40 mila persone.

In questa intervista con Jennifer Ávila, autrice del documentario e giornalista di Contracorriente, si affrontano tutti questi temi, con un focus particolare sul caso honduregno. Ciò che emerge è che la strage del giugno 2023 è il riflesso delle trattative tra lo Stato e la criminalità organizzata.

Ancora una volta, la guerra è stata combattuta sui corpi delle donne.

Come affermano le compagne:

No fueron unas contra otras, fue el Estado contra ellas.

Non si è trattato di uno scontro tra bande, ma del più grande femminicidio di Stato mai avvenuto nel Paese.

 

Nieto 133- Identità rubate

Il collettivo Nodo Solidale:
A Cristina
A Flori
Alla grande famiglia che siete
Alla grande famiglia che siamo

Desaparecidos. Desaparecidas. Scomparsi.
Nell’Argentina della dittatura militare, tra il 1976 e il 1983, nel  cosiddetto Processo di Riorganizzazione Nazionale, 30.000 vite furono inghiottite dal buio. Studenti e studentesse, operai e operaie, sindacalisti, artisti, cineasti, teatranti, membri della Chiesa, maestri e maestre. Donne e uomini, perlopiù giovani, che agli occhi del potere erano, o potevano diventare, una minaccia al regime. Ribelli, insubordinati, dissidenti. Una generazione intera strappata via. Torturati con ferocia disumana. Corpi stuprati, massacrati, umiliati, annientati in maniera sistematica. Pochissimi sono sopravvissuti.

Donne incinte sequestrate nei centri di tortura, sottoposte alla stessa brutalità delle altre. I  figli, partoriti nell’orrore, venivano strappati dalle loro braccia, privati del loro nome, della loro storia, venduti o affidati a famiglie compiacenti, quasi sempre militari o collusi con il sistema criminale.

Le loro identità furono rubate e profanate. 30.000 uomini e donne, in quei sette anni, sono stati inghiottiti dall’acqua, dalla terra, dal fuoco. Scaraventati nell’oblio. I loro corpi spariti, ingurgitati dall’orrore fascista. Eppure le loro voci, i loro sogni, la loro lotta e le loro ragioni non sono mai stati davvero cancellati. Non sono riusciti  a “desaparecerlos”, a farli sparire del tutto. Mai. Las Madres, Las Abuelas y Los Hijos de Plaza de Mayo, insieme a molti altri, non hanno più smesso di combattere.
Hanno trasformato il dolore in resistenza, la memoria in uno strumento di giustizia, costruendo ponti tra passato e presente. Cercano, nominano, denunciano ancora. Gridano ancora. Perché dimenticare significa essere complici.

Chi non conosce questa storia, giovane o adulto, deve conoscerla. Chi l’ha dimenticata, se ne assuma la responsabilità. Non c’è giustizia senza memoria, non c’è futuro senza verità.

Come Nodo Solidale, piccolo collettivo con radici sia in Italia – terra d’origine di tanti migranti giunti in Argentina – sia in Messico – immensa fossa comune in cui all’oggi sono sprofondati nel nulla 115,000 desaparecid@s – sentiamo il dovere di contribuire a preservare e diffondere la memoria della dittatura argentina di quegli anni, degli orrori e le atrocità che ha provocato, così come di tutte le dittature e i fascismi, espliciti o mascherati, che hanno segnato la storia, ieri come oggi, in ogni angolo del mondo. La memoria non riguarda solo un passato lontano, ma é continua vigilanza contro ogni forma di oppressione, fascismo, violenza e negazione dei diritti umani, in qualsiasi contesto e in qualsiasi tempo. Perché solo attraverso la memoria, senza perdono per gli assassini né oblio per i loro complici, possiamo fare in modo che quel Nunca Más sia davvero definitivo.

Oggi vogliamo condividere la storia del NIETO 133, Daniel Santucho Navajas, figlio di Julio e Cristina, rubato alla madre, poi desaparecida, durante la sua prigionia. Dopo anni di lotte e speranze infrante, nel luglio del 2023, a questo nieto, a questo nipote – che ormai è un uomo – è stata restituita l’identità, e, con essa, una parte della vita che gli era stata sottratta. Il caso di Daniel è simbolo di tutte le storie di nietos e nietas rubati, ma anche di una speranza che non muore mai: che la verità e la giustizia possano prevalere, anche dopo decenni di silenzio e omertà. Questa restituzione di identità non è solo una vittoria personale, ma un atto di resistenza collettiva, che ci ricorda quanto sia fondamentale non arrendersi. Mancano ancora 300 nipoti delle Abuelas de Plaza de Mayo, strappati ai loro familiari dai militari, e potrebbero trovarsi ovunque, anche in Europa. La loro ricerca non è finita, la lotta, appunto, continua. Diffondi, condividi, e fai in modo che la memoria non svanisca.

Esistono numerosi testi, dossier, romanzi, film e altri contributi che raccontano la storia e le storie dei desaparecidos e delle desaparecidas durante la dittatura argentina. Questi racconti sono ancora lì, pronti a essere scoperti. È nostro dovere cercarli, ascoltarli e non dimenticare.

Qui i link ai materiali sulla storia del NIETO 133:

“Identidad robada” Breve documentario diretto da Rodrigo Vazquez-Salessi e Florencia Santucho sulla storia di Daniel. Prossimamente avrà anche i sottotitoli in italiano.
“I dubbi che Daniel Santucho Navajas aveva sulla sua identità sono finalmente venuti alla luce quando le Abuelas de Plaza de Mayo, che conservano le informazioni genetiche delle vittime della dittatura militare in Argentina, hanno trovato una corrispondenza di DNA per lui nel luglio del 2023. Riconnettendosi con la sua famiglia biologica, Daniel scopre la verità su ciò che gli è accaduto. Scopre di essere nato in un centro di detenzione e di essere stato adottato in segreto. Sua madre è ancora una delle migliaia di desaparecidos. Durante la sua ricerca della verità, si svela il programma sistematico di adozioni illegali e crimini commessi durante la dittatura militare dal 1976 al 1983”.
– In italiano il bellissimo Podcast di Claudia Gatti, Riccardo Cocozza e Florencia Santucho, NIETO 133 – Storia di una famiglia contro le dittature argentine.

“Questa è la saga di una famiglia militante che segna la storia dell’Argentina degli ultimi 70 anni, la famiglia Santucho, le dittature, la lotta armata, i desaparecidos, i mondiali del 76 e poi l’esilio, l’Italia e il Messico, e poi ancora la democrazia e i processi a metà, il PC e i centri sociali, e Genova, Maastricht e la Patagonia, fanno da sfondo a identità militanti che si muovono tra Italia e Argentina alla ricerca della verità e attanagliati da un dubbio. Dubbio che trova una risposta in un volto di 46 anni. È il 28 luglio 2023. Finalmente, una nuova identità militante, l’ultimo Santucho, emerge dal passato e si fa futuro. Questa è la storia di Daniel, Nieto 33.

Il link alla commovente conferenza stampa in cui la famiglia Santucho annuncia il ritrovamento di Daniel.
É importante chiamarlo nipote, anche se è figlio, fratello e padre perché come ricorda la presenza e le parole di  Estela Carlotto, rappresentante delle madri di Plaza de Mayo, lui è anche il nipote di Nelida Gomez Navaja. Nonna di Plaza de Mayo, Nelida è morta nel 2012 e non ha mai smesso di cercare suo nipote fino alla fine della sua vita.

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Para Cristina
Para Flori
A la gran familia que son
A la gran familia que somos

Desaparecidos. Desaparecidas.

En la Argentina de la dictadura militar, entre 1976 y 1983, durante el llamado Proceso de Reorganización Nacional, 30.000 vidas fueron tragadas por las tinieblas. Estudiantes, obreros y obreras, sindicalistas, artistas, miembros de la Iglesia, maestros y maestras. Mujeres y hombres, en su mayoría jóvenes, que a los ojos del poder eran, o podían llegar a ser, una amenaza para el régimen. Revolucionaries, rebeldes, insubordinados, disidentes. Toda una generación diezmada. Torturada con ferocidad inhumana. Cuerpos violados, masacrados, humillados, aniquilados sistemáticamente. Muy pocos sobrevivieron. Mujeres embarazadas apresadas en centros de tortura, sometidas a la misma brutalidad que las demás. Sus hijos, nacidos en el horror, fueron arrancados de sus brazos, privados de su nombre, de su historia, vendidos o entregados a familias complacientes, casi siempre militares o en connivencia con el sistema criminal.

Sus identidades fueron robadas y profanadas. 30.000 hombres y mujeres, en esos siete años, fueron tragados por el agua, la tierra, el fuego. Arrojados al olvido. Sus cuerpos desaparecieron, engullidos por el horror fascista. Sin embargo, sus voces, sus sueños, su lucha y sus razones nunca las pudieron borraron. No consiguieron «desaparecerlos». Nunca. Las Madres, Las Abuelas y Los Hijos de Plaza de Mayo, junto con muchos otros y otras, nunca han dejado de luchar.  Han transformado el dolor en resistencia, la memoria en instrumento de justicia, tejiendo puentes entre el pasado y el presente. Siguen buscando, siguen nombrando, siguen denunciando. Siguen gritando. Porque olvidar significa ser cómplice.

Los que no conocen esta historia, jóvenes o mayores, deben conocerla. Los que la han olvidado, que asuman su responsabilidad. No hay justicia sin memoria, no hay futuro sin verdad.

Como Nodo Solidale, un pequeño colectivo con raíces tanto en Italia – la tierra de origen de tantos migrantes que llegaron a Argentina – como en México – una inmensa fosa común en la que se cuentan 115,000 desaparecid@s – sentimos que es nuestro deber contribuir a preservar y difundir la memoria de la dictadura argentina de aquellos años, de los horrores y atrocidades que provocó, así como de todas las dictaduras y fascismos, explícitos o enmascarados, que han marcado la historia, ayer como hoy, en todos los rincones del mundo. La memoria no se refiere sólo al pasado lejano, sino que es una vigilancia continua contra todas las formas de opresión, fascismo, violencia y negación de los derechos humanos, en cualquier contexto y en cualquier momento. Porque sólo a través de la memoria, sin perdón para los asesinos ni olvido para sus cómplices, podremos conseguir que el Nunca Más sea realmente definitivo.

Hoy queremos compartir la historia de NIETO 133, Daniel Santucho Navajas, hijo de Julio y Cristina, robado a su madre, posteriormente desaparecida, durante su encarcelamiento. Tras años de lucha y esperanzas rotas, en julio de 2023, este nieto -que ahora es un hombre- recuperó su identidad y, con ella, una parte de la vida que le había sido arrebatada.

El caso de Daniel es simbólico de todas las historias de nietos y nietas robados, pero también de una esperanza que nunca muere: que la verdad y la justicia puedan prevalecer, incluso después de décadas de silencio y complicidad. Esta restitución de la identidad no es sólo una victoria personal, sino un acto de resistencia colectiva, que nos recuerda lo crucial que es no rendirse.

Todavía hay 300 nietos de las Abuelas de Plaza de Mayo desaparecidos, arrebatados a sus familias por los militares, y podrían estar en cualquier parte, incluso en Europa. Su búsqueda no ha terminado, la lucha, de hecho, continúa. Difunde, comparte y haz que la memoria no se desvanezca.

Existen numerosos textos, novelas, películas y otras aportaciones que relatan la historia y las historias de los desaparecidos y desaparecidas durante la dictadura argentina. Estas historias siguen ahí, listas para ser descubiertas. Es nuestro deber buscarlas, escucharlas y no olvidar.

Aquí siguen los enlaces a materiales sobre la historia del NIETO 133:

– “Identidad Robada” Breve documental dirigido por Rodrigo Vazquez-Salessi y Florencia Santucho sobre la historia de Daniel.
«Las dudas que Daniel Santucho Navajas tenía sobre su identidad finalmente salieron a la luz cuando las Abuelas de Plaza de Mayo, que almacenan la información genética de las víctimas de la dictadura militar en Argentina, encontraron una coincidencia de ADN para él en julio de 2023. Al reencontrarse con su familia biológica, Daniel descubre la verdad sobre lo que le ocurrió. Descubre que nació en un centro de detención y que fue adoptado en secreto. Su madre sigue siendo una de los miles de desaparecidos. Durante su búsqueda de la verdad, se revela el programa sistemático de adopciones ilegales y los crímenes cometidos durante la dictadura militar de 1976 a 1983».

https://www.instagram.com/reel/DCisRFKtCTI/?igsh=bHV0dDd2M2hmaDc2

-El enlace a la emotiva conferencia de prensa en la que la familia Santucho anunció el hallazgo de Daniel.
Es importante llamarlo nieto, aunque sea hijo, hermano y padre porque, como recuerda Estela Carlotto, representante de las Madres de Plaza de Mayo, también es nieto de Nélida Gómez Navaja. Abuela de Plaza de Mayo, Nélida murió en 2012 y nunca dejó de buscar a su nieto hasta el final de su vida.

En italiano, el hermoso Podcast de Claudia Gatti, Riccardo Cocozza y Florencia Santucho, NIETO 133 – Historia de una familia contra las dictaduras argentinas.

«Esta es la saga de una familia militante que marca la historia de Argentina en los últimos 70 años, la familia Santucho, las dictaduras, la lucha armada, los desaparecidos, el Mundial del 76 y luego el exilio, Italia y México, y luego otra vez la democracia y los juicios a medias, el PC y los centros sociales, y Génova, Maastricht y la Patagonia, forman el telar de fondo de identidades militantes que se mueven entre Italia y Argentina en busca de la verdad y atenazadas por una duda. Duda que encuentra respuesta en un rostro de 46 años. Es el 28 de julio de 2023. Finalmente, una nueva identidad militante, el último Santucho, emerge del pasado y se convierte en el futuro. Esta es la historia de Daniel, Nieto 133.»