UCRANIA, KURDISTAN, PALESTINA, MÉXICO… ¡ALTO A LA GUERRA GLOBAL!

TRADUZIONE IN ITALIANO

Todas las guerras nos duelen y todas las guerras nos enfurecen. Los poderosos nos cuentan, a través de sus medios, sobre la guerra como un evento excepcional, pero es mentira, pues realmente todos los días caen bombas, todos los días hay balaceras, todos los días hay huérfanos y madres sin hij@s, todos los días en muchas geografías de este brutalizado planeta gobernantes y criminales ordenan masacres y los pueblos ponen los muertos.

Todos los malditos días.

Nos urge aquí decir algo, quizás nada nuevo, pero existen guerras que no terminan y que en estos días están empeorando dramáticamente, tragedias que no encuentran lugar en el circo mediático, montones de gente que muere lejos de las luces de las cámaras y la opinión de periodistas y políticos.

Por ejemplo, en Kurdistán. Desde el 17 de abril el Estado Turco, encabezado por el fascista Erdogan, ha iniciado una nueva campaña militar contra la población kurda: 147 ataques aéreos fueron registrados en los primeros dos días en Bashur, norte de Irak. También drones del ejército turco lanzaron misiles en diferentes áreas del Rojava (norte de Siria). En ambos casos la ofensiva turca busca aniquilar la resistencia kurda, especialmente sus cuerpos de autodefensa como las YPG/YPJ y las Fuerzas de Defensa del Pueblo (HPG), los cuales tratan de hacer escudo al proyecto de autonomía socialista, ecologista y feminista llamado Confederalismo Democrático.

Lo que hace más dramática la enésima ofensiva militar de Erdogan es que este tirano ahora luce como mediador en las negociaciones entre Rusia y Ucrania, lo cual hace que actúe desde un lugar privilegiado para buscar alianza contra los pueblos kurdos: de hecho, mientras su ejército sigue bombardeando e invadiendo el norte de Irak, el KRG de su aliado Barzani está sitiando al autogobierno de l@s yazidies, construyendo un muro entre ell@s y la región autónoma de Rojava, la cual también se encuentra amenazada desde el sur, por el avance del ejército sirio de Assad y de Rusia, que apuntan a recuperar el control militar de Qamishlo, una de las ciudades más importantes de la Administración Autónoma del Norte y Este de Siria (AANES) que es parte de la experiencia del mencionado Confederalismo Democrático.

Sabemos que todo eso suena complicado, pero la verdad es dramáticamente sencilla: la democracia directa de los pueblos de la región está siendo atacada por todos lados, tanto por la OTAN y Estados Unidos, como por Rusia y sus aliados.

Mientras, no muy lejos, en la tierra martirizada llamada Palestina el ejército invasor del Estado de Israel ha incrementado sus acciones represivas y operaciones militares a costa de la población invadida. Según los datos de Euro-Med Human Rights Monitor las fuerzas israelíes mataron durante estos meses CINCO VECES más palestinos que durante el 2021. Más allá de los datos, números tan fríos, nos indigna la constante provocación de los militares sionistas, llegando incluso a atacar con gases y balas a los feligreses reunidos en la Mezquita de Al-Aqsa (Jerusalén), con un saldo de 200 heridos y 450 detenidos; y nos indigna la masacre contra los civiles (26 palestinos asesinados sólo en abril, entre ell@s 7 menores y tres mujeres) y los continuos bombardeos de los aviones del ejército israelí en la Franja de Gaza, como los del 18, 20 y 21 de abril. No es una guerra, más bien un exterminio, una limpieza étnica que sigue desde hace más de 70 años en contra de la población nativa, los y las palestinas.

Para quienes vivimos en México la guerra no es algo lejano, con formas y matices diferentes también en nuestro país la masacre parece imparable,con más de 360,000 asesinatos en los últimos 16 años y 99,000 desaparecid@s. La guerra en México tiene un tinte especialmente feminicida, cada día 10 mujeres son asesinadas por hombres, cobijados por un pacto patriarcal entre crimen e instituciones que deja en la total impunidad la inmensa mayoría de los delitos contra las mujeres. Es una guerra en la sombra, espectacularizada en las series televisadas pero nunca aceptada como tal, sin ninguna institución que se asuma la responsabilidad de que un país entero sufre las secuelas de ella: su exposición a la violencia cotidiana, su militarización, todas las recaídas psicológicas de un conflicto negado y minimizado, los desplazamientos internos, la ausencia de miles de “levantad@s”, el meticuloso abatimiento de luchadoras y luchadores sociales, la cuenta sin fin de “daños colaterales”, el drama de las balas perdidas y el asesinato de la niñez. El único freno posible ante la catástrofe, en México como en Medio Oriente, parece ser la auto-organización de los pueblos y los barrios, incluyendo en ella su propia defensa ante los actores que los agreden.

Nosotr@s, como colectivo internacionalista Nodo Solidario, sabemos que nuestra voz no cuenta nada, pero no podemos dejar de denunciar y seguir organizándonos como otros miles de colectivos y organizaciones pues somos parte de esta inmensa mayoría que sufre las decisiones de los poderosos, que pone los muertos, que se reconstruye sobre los escombros humeantes y que, con el furor del amor a la vida, se indigna por cualquier ser humano pisotead@ en el mundo.

A las madres, padres, abuelos y abuelas, herman@s e hij@s de cualquier lugar en guerra como Kurdistán, Palestina, México… y de nuestro barrio: un abrazo que sea un escudo contra bombas, balas e injusticias. Qué el miedo cambie de lado.

Colectivo Nodo Solidario México

25/04/2022